Una desventaja para la provincia que desalienta las inversiones productivas
04 Agos 2015.- La estructura tributaria local, en su apariencia externa, no ha sufrido cambios en más de medio siglo, siendo la base de sustentación de las provincias los impuestos sobre ingresos brutos, sellos, inmobiliario y automotores y repitiéndose en los municipios más o menos las mismas pautas de imposición.
Tucumán es una de las provincias que encabeza el ranking nacional de presión fiscal. Esta situación tan desventajosa para la provincia, es reiteradamente señalada por distintos estudios, pero no ha merecido hasta el momento ninguna reacción por parte del sector gubernamental.
Existe una elevada dependencia del Impuesto sobre los Ingresos Brutos en la recaudación provincial lo que deja en evidencia la decisión por parte de la Administración de la Provincia de no tomar medidas de política fiscal que atenúen el efecto distorsivo que genera este impuesto.
Ante esta situación existe una alta exposición de los recursos provinciales al ciclo económico ya que este impuesto se encuentra directamente relacionado a los ciclos económicos por lo que si el ciclo se revierte la recaudación se verá seriamente afectada.
La estructura actual del impuesto no es funcional a la generación de nuevos puestos de trabajo y de unidades económicas.
Se deben replantear las alícuotas que responden a otro momento histórico de la economía provincial estableciendo nuevas tasas que incentiven las actividades que se quieran atraer para promover las inversiones.
Es necesario recuperar racionalidad y respeto a los contribuyentes, que son quienes sostienen parte del gasto público con los impuestos que deben abonar.
Haremos una breve referencia a algunas políticas de administración que deben ser modificadas:
La designación de agentes de retención y de percepción sin parámetros razonables, abusando de una delegación que consideramos ilegítima
La imposición de reglas de actuación que exigen retenciones y percepciones sin sustento territorial
La existencia de dobles y triples retenciones y percepciones por una misma operación económica
La percepción indiscriminada de sumas en concepto de recaudación bancaria de ingresos brutos, a todas las personas que realizan movimientos bancarios, sin importar los conceptos que la originan y las características del sujeto
El desaliento que impone a la utilización de cuentas bancarias por los costos que se generan por los débitos de rentas, evitando justamente la transparencia de las operaciones
La generación sistemática de saldos a favor a los contribuyentes y la negativa constante de generar mecanismos para permitir su rápida devolución a los legítimos dueños de esos fondos
La falta de habilitación de un proceso rápido y eficiente de compensaciones entre saldos de los mismos contribuyentes
La negativa a aceptar disposiciones de la totalidad de las jurisdicciones del país, presentando medidas cautelares para que tales normas no rijan en la Provincia, transformando en caótico el sistema del Convenio Multilateral
La no incorporación de la Provincia al sistema de recaudaciones bancarias que aplican el conjunto de las provincias, utilizando por el contrario su propio esquema que solo genera exacciones a los contribuyentes
La imposición de la obligación de presentar declaraciones juradas distintas y diferentes a las de todo el país, duplicando la carga de trabajo para todos los contribuyentes que operan en más de una jurisdicción
La falta de adecuación de su accionar a fallos de la justicia que son reiterativos, firmes y contrarios a sus criterios
Fuente: Página del CGCET en Diario La Gaceta de Tucumán