13 de Dic. 2016. En 2015 el peso de los impuestos para las empresas argentinas alcanzaba -luego de aumentar más de diez puntos en la última década- un 34% con relación al PBI, el mismo nivel que existe en los países más ricos del mundo .De acuerdo con un documento elaborado por la Unión Industrial Argentina (UIA) sobre reforma tributaria, la presión total, incluyendo las tasas de los municipios, llega al 34% del PBI.
En los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es del 34,4%. “Pero en la Argentina no se ofrecen los servicios básicos, como seguridad o infraestructura, que brindan esos países.
Éste no es un tema ajeno al consumidor. Un 40% del precio final de los alimentos son impuestos. El 50% del precio de la nafta son gravámenes; esa misma carga tributaria paga un comprador de bebidas; de cada $100.000 gastados en un auto, $54.000 son impuestos.
En 2001, la población total que vivía del Estado era el 18,4%, según datos de la consultora de Orlando Ferreres. En 2015, se llegó al 40,3%.
El nuevo modelo económico, que propone una mayor apertura al mundo, abre interrogantes para las empresas, obligadas gradualmente a competir. La tarea es compleja. A comienzos de enero, el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, anunció que había recibido un déficit fiscal de 7 puntos del PBI. Sin embargo, el Gobierno tiene por objetivo terminar este año con un rojo de 4,8% del PBI y planea otro de 4,2% para el año próximo. Para 2019, cuentan en la Casa Rosada, el objetivo es el equilibrio fiscal para bajar el costo del capital.
En ese contexto, el margen de maniobra es limitado, a pesar de las mejoras que este año implementó el Ministerio de Producción con la ley pyme y la de autopartes. En octubre, el estimador mensual industrial (EMI) del Indec mostró una caída del 8% interanual, en lo que fue la peor caída del año.
La carga impositiva en dólares aumentó un 50% desde 2001, lo mismo que la logística.
Fuente: La Página del Colegio en La Gaceta.-