03-JUN-2014 Las moratorias se acomodan a la capacidad de pago, pero surgen de la presión fiscal
La profesión contable pide la reformulación del sistema impositivo que nos rige.
Recientemente la AFIP dictó las Resoluciones 3630 y 3631 para otorgar facilidades de pago a contribuyentes con incumplimientos fiscales.
El organismo estableció que se pueden regularizar obligaciones vencidas al 31/3/2014 por impuestos, recursos de la seguridad social, cuotas del impuesto integrado y cotizaciones previsionales fijas de monotributistas. La adhesión al régimen deberá formalizarse, según la terminación de la CUIT, hasta la semana que se extiende desde el 25/8 hasta el 29/8/2014.
Facilidades de pago
También se estableció un plan de facilidades de pago permanente de 6 cuotas para sujetos cuyos montos de ventas e ingresos brutos anuales sean inferiores o iguales a $ 50.000.000 para el caso de venta de bienes o de $ 30.000.000 en el caso de locaciones y/o prestaciones de servicios. Dichos sujetos deben ser empleadores, condición discriminatoria y sumamente criticable a todas luces.
Por su parte nuestra Provincia y el municipio capitalino reestablecieron regímenes de Moratoria para tributos locales.
Los planes de facilidades constituyen una tabla de salvación para aquellos morosos que esperan ese régimen para novar sus compromisos ante el fisco. Sin embargo, se han convertido en un mal necesario, en el que el Estado fundamenta su aplicación con el fin de evitar la expiración del plazo para exigir el cobro de las deudas.
Lo bueno, lo malo y lo feo
Se dice que las moratorias son buenas porque acomodan, en el tiempo, una deuda según a la capacidad de pago del contribuyente. Se dice que son malas, porque -más allá de las bonificaciones- causan desigualdades con los que abonan regularmente sus impuestos. Se dicen que son feas porque, en suma, constituyen una vieja costumbre del Estado como mecanismo para renovar deudas y de los morosos, que siempre esperan estos planes de pago. En Tucumán, este cóctel se cumple al dedillo con sucesivas prórrogas a los sistemas de financiación fiscal.
Situación provincial
Nuestra Provincia en reiterados períodos ha convertido la excepcionalidad en regla de gestión impositiva -una moratoria cada dos años- a pesar de que siempre despertó la expectativa de que el Estado accionaría con fuerza contra los deudores consuetudinarios.
En una de sus últimas conferencias, el tributarista Humberto Bertazza abogó por la erradicación definitiva de las moratorias. El experto consideró que esos regímenes, mal llamados excepcionales, desnudan la incapacidad del Estado para recaudar. En todo caso, observó el especialista, “el Estado necesita de un sistema tributario estable y eficiente que, por efecto de su aplicación, vaya reacomodando la cultura impositiva.”
Problemas fiscales
Desde el gobierno se explica que las moratorias lanzadas persiguieron el mismo fin: solucionarle los problemas fiscales a la gente, especialmente a los más pequeños. Y hasta se repitieron los mismos resultados: “No ingresan en la regularización los grandes contribuyentes”
El Estado debe asumir que la causa radica en una agobiante presión fiscal que permanentemente posiciona en situaciones de incumplimientos a los contribuyentes. Se debe reducir el gasto público ineficiente para disminuir el deficit fiscal crónico con la consiguiente baja de la presión impositiva y de la emisión monetaria sin respaldo.
El afán recaudatorio
Una vez más el CGCET expresa ante la opinión pública la necesidad de reformular el sistema tributario argentino que contiene bases obsoletas y muchas de ellas instrumentadas para satisfacer principios recaudatorios.
Fuente: CGCET