12 NOV 2014 Justo cuando el Gobierno intentaba impedir una nueva protesta de los bancarios y negociaba una salida al conflicto con los petroleros del sur, medio centenar de gremios patagónicos se sumaron a la ola de calor sindical que este año llegó antes del verano y amenazan con abrir una profunda grieta en el muro de contención dispuesto por las autoridades para evitar que se generalicen los reclamos de fin de año, que incluyen un alivio en el Impuesto a las Ganancias, bonos y reapertura de paritarias.
En medio del clima de malestar que se vive en la zona austral, dónde el costo de vida duplica al de Buenos Aires, los gremios nucleados en las CGT de Chubut, Santa Cruz y Río Negroresolvieron lanzar una medida de fuerza contundente para este viernes en la región, con el objetivo de reclamar la eliminación del Impuesto a las Ganancias, al que lo califican de “extorsivo” y lo rechazan por “lesionar gravamente el poder adquisitivo” del salario.
“El viernes habrá paro general en la Patagonia con cortes de ruta en Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia, hasta tanto el Gobierno se decida a hablar con la CGT por Ganancias“, adelantó a iProfesional el secretario administrativo de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Puerto Madryn, Eduardo Rojas.
La huelga es impulsada por varios sindicatos que hoy integran a nivel nacional la CGT oficialista liderada por Antonio Caló, y cuenta con el guiño del metalúrgico, tal como lo dejó entrever cuando visitó semanas atrás la región. “Acá tienen que estar unidos“, les dijo.
El desafío a los planes oficiales refleja una profundización de la conflictividad en el sur del país, dónde los petroleros negocian una compensación por el impacto del gravamen sobre los sueldos, luego de que los camioneros de la industria petrolera acordaran quedar excentos de pagar las primeras 90 horas extra del mes.
Pero además coincide con la protesta que realizarán el mismo día por su cuenta lostrabajadores de YPF y empleados de las estaciones de servicio (OPESSA) nucleados en la Federación de Sindicatos Unidos e Hidrocarburíferos (SUPEH), según lo anunciaron en un comunicado esta semana.
En un acto reflejo de la negociación de los petroleros, la organización encabezada por Antonio Cassia reclama la aplicación del convenio colectivo a todo el personal comprendido por ambas firmas, una compensación por el impuesto a las Ganancias, un plus por el desfasaje de los salarios por la inflación y sumas a cuenta para enero y febrero 2015.
Así, la negativa firme del Gobierno a modificar el gravamen y otorgar cualquier concesión que implique un reconocimiento de la pérdida del poder adquisitivo del salario terminó porconvertirse en un colador por el que los diferentes sectores empezaron a introducir sus reclamos, tal como lo atestiguan las siete provincias que ya empezaron a pagar bonos de fin de año a empleados del estado, docentes, personal de salud, judiciales e incluso policías.
En respuesta al desbande producido entre los gobernadores que empezaron a ceder ante los reclamos que se extendieron a la mitad del país, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich,intentó poner un freno este martes y les advirtió que Nación no asistirá financieramente a los distritos que otorguen bonos de fin de año.
“Cada gobernador de la provincia tiene la autonomía fiscal y financiera para la toma de decisiones, pero obviamente deberá contar con los recursos propios”, sostuvo.
El mensaje pareció estar dirigido al gobernador bonaerense Daniel Scioli, que este martesenfrentó la primera jornada de un paro de 48 horas en escuelas públicas y privadas de la provincia llevado adelante por los maestros del Frente Gremial, para pedir un aumento salarial antes de fin de año, en una medida que calificaron de “contundente” y que acompañaron con una marcha a la Casa de la Provincia, en la Ciudad de Buenos Aires.
Pero el Gobierno también sigue con detenimiento las negociaciones del sector privado, dónde las autoridades reiteraron este martes que “no convalidamos la reapertura de paritarias, ni ningún tipo de negociación que contemple modificación en el Impuesto de Ganancias”.
Ante la escalada de conflictos, el Ejecutivo puso en marcha una estrategia que busca “tercerizar” la solución, de modo que las empresas se hagan cargo del costo económico de negociar sumas compensatorias para los trabajadores.
Los petroleros piden un bono de $15.000 y los bancarios un plus de 5.000 pesos.
“Si trabajadores y empresarios se ponen de acuerdo en mecanismos que son característicos de estas negociaciones, no es incumbencia regulatoria del Ministerio de Trabajo“, dijo Capitanich, en una confirmación de la vía de escape adoptada por la Casa Rosada.
Sin embargo, tanto en el caso de Aerolíneas Argentinas, como en el sector petrolero y bancario, lo cierto es que el Gobierno interviene activamente por su rol de empresario en la línea de bandera, la petrolera YPF y los bancos públicos (BCRA, Nación y Provincia), respectivamente.
De esta manera, el Estado avalaría bonos para algunos sectores, mientras los niega en otros. A esa conclusión llegó el titular de la CGT opositora Hugo Moyano, quien convocó para esta semana a una reunión de la cúpula de la central para analizar los pedidos de bonos.
“YPF, es decir, una empresa del Estado va a pagarle una bonificación a sus trabajadoresmientras el discurso del Gobierno es que no hay razones objetivas para darle un bono al resto de los trabajadores”, se mostró irritado el camionero.
/fuente: iprofesional.com