17 FEB 2014 .- Los comerciantes formales ya hablan de un “invasión” de vendedores ilegales o que rozan la ilegalidad en la Argentina. Esa opinión se fundamenta en distintos estudios que muestran un crecimiento en el número de manteros y de “saladitas”, cuyas ventas, sólo en el primer mes de este año, ya bordearon los $ 1800 millones.
Según un relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en enero de este año había 522 “saladitas” (centros comerciales que operan en su mayoría en negro) en el país, 38 más que en julio de 2013, cuando se había hecho el último relevamiento.
De acuerdo con el estudio, en esas 522 ferias informales, localizadas en 111 ciudades, había 36.390 puestos instalados. “En las ciudades donde se detectaron saladitas se encontraron, además, 15.179 manteros, lo que completa un caudal de al menos 51.569 vendedores ilegales (entre manteros y puestos en esos centros) en esas 111 localidades invadidas por la ilegalidad”, dice el informe, que resalta que la Capital Federal, Lomas de Zamora (donde está la megaferia de La Salada, de cuyo crecimiento exponencial informó ayer LA NACION), La Matanza, San Salvador de Jujuy y San Miguel de Tucumán “son actualmente las cinco localidades con mayor presencia de puestos ilegales. Allí se concentra el 44,1% de los puestos detectados en las ciudades con «saladitas».”
El estudio de CAME destaca, además, que en enero “la venta ilegal en las ciudades con «saladitas» alcanzó los $ 1784 millones”. De ese total, 1310 millones corresponden a ventas en “saladitas” y $ 474 millones a ventas realizadas por manteros en la vía pública. El informe aclara que “la cifra no incluye los vendedores ambulantes, que sobre todo en las ciudades turísticas se vieron en forma abundante en diciembre, enero y también febrero”.
La cifra que denuncia CAME no es menor. En diciembre de 2013, según el Indec, las ventas en los shoppings de la Capital Federal y el conurbano bonaerense sumaron $ 3428 millones. Es decir, las ventas ilegales que, según CAME, se llevaron a cabo en enero equivalieron al 52% de las ventas que se hicieron en los shoppings del Gran Buenos Aires en un mes en el que, además, las ventas son altas.
El secretario de Prensa de CAME, Vicente Lourenzo, explicó que las “saladitas”, que en promedio tienen entre 40 y 60 puestos, “se caracterizan, sobre todo, por la rotación diaria o semanal de esos puestos precarios”, lo que dificulta su control. Además, según Lourenzo, las “saladitas” constituyen un “gran negocio inmobiliario” para los dueños de los predios, que cobran alquileres igualmente diarios o semanales.
Otros estudios dan cuenta del crecimiento del comercio informal en el país. Según un informe de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), en enero la venta ilegal callejera en la Capital Federal aumentó 22,8% frente al mes anterior y 26,8% frente a enero de 2013. De acuerdo con ese informe, la cuadra más afectada en la ciudad por las ventas ilegales fue la avenida Avellaneda al 2900, mientras que los rubros más comercializados fueron “indumentaria y calzado” y “óptica, fotografía, relojería y joyería”.
Pese al aumento de las ventas ilegales en enero, el presidente de la CAC, Carlos de la Vega, destacó las acciones del gobierno porteño para detener esas actividades. En los últimos días, de hecho, la Policía Metropolitana ha confiscado mercadería de vendedores informales en la zona del barrio de Once, lo que ha ocasionado enfrentamientos y cortes de tránsito.
Para De la Vega, las “saladitas” y los vendedores callejeros constituyen una competencia desleal para los comercios formales, “que pagan impuestos nacionales, provinciales y municipales”. Según el presidente de la CAC, sólo por las obligaciones impositivas los comerciantes formales enfrentan costos 50% mayores que los informales. Esa diferencia y el “dudoso origen” de los productos que venden los comerciantes informales les permiten ofrecer precios más bajos, lo que, a su vez, fomenta el crecimiento de una actividad que, según De la Vega, está dominada por organizaciones con grandes capitales.
El presidente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), Nadin Argañaraz, en tanto, encuentra una relación entre el crecimiento del comercio informal y la situación macroeconómica de la Argentina. El analista explicó que en el país existe un nivel de “evasión estructural” -que se evidencia en el 35% de empleo en negro-; sin embargo, también hay un “componente cíclico de la evasión, que aumenta cuando la economía se estanca, y algunos comerciantes dejan de pagar impuestos como una manera de mantener su rentabilidad”.
En ese sentido, Argañaraz cree que el aumento del comercio informal puede explicarse, en parte, por comerciantes que, ante una baja en sus ventas, han optado por empezar a vender en negro y también por personas que no encuentran empleo y “se la rebuscan” con un puesto de venta callejero.
Lo cierto es que el aumento de la venta informal es un fenómeno que preocupa a comerciantes de todo el país. Un reciente informe de la Federación Gremial de Comercio e Industria, con sede en Rosario, destaca que en el cuarto trimestre de 2013 esa actividad aumentó 11,8% frente a un año atrás. El estudio cubrió las ciudades de Buenos Aires, Rosario, Salta, Neuquén, Posadas, Mendoza, Paraná y Santa Fe.
/ fuente: lanacion.com.ar