16 nov 2015.- Las aduanas, las agencias encargadas de controlar las importaciones, los puertos, las fronteras y los aeropuertos son considerados por la mayoría de los empresarios como las áreas de más alto riesgo a la hora de analizar problemas de corrupción y sobornos. Más que nada a la hora de ingresar al país equipos y bienes para el desarrollo, por ejemplo, de proyectos energéticos y para recursos naturales.
De hecho, a nivel internacional las grandes corporaciones están reconociendo tener problemas a la hora de luchar con asuntos vinculados planes de anticorrupción y antisoborno debido a la complejidad de ambos delitos. También por la creciente globalización de las operaciones y de la necesidad de lidiar con la corrupción y el soborno en países totalmente diferentes.
Los datos surgen de una encuesta elaborada por KPMG Internacional entre 659 ejecutivos de distintos sectores, quienes señalaron la importancia de combatir estas prácticas antiéticas. De ese total, 54 son referentes de empresas de energía y recursos naturales, de los cuales 38 trabaja con petróleo y gas.
El 50% de estos empresarios explicaron que administran el riesgo de soborno y corrupción durante el transporte de equipos y materiales a través de las fronteras incrementando la monitorización de las facturas de los proveedores de logística; el 47 % realiza investigaciones de acompañamiento y toma medidas disciplinarias apropiadas contra funcionarios y terceros, mientras otro 47% dijo que entrena a los gerentes de logística sobre cómo combatir esas prácticas desleales.
Además, el 80% de las compañías aplica programas por escrito de conformidad con con las normas anticorrupción y antisobornos. Entre el 50% y el 69 % disponen de diversas herramientas como mecanismos de denuncias, programas de entrenamiento, monitorización continua, un encargado de acciones permanentes y evaluaciones de riesgos.
Todos además coincidieron además en que los principales desafíos son trabajar sobre la concientización y el entrenamiento de los funcionarios, y conocer los alcances de las normas de los países donde se actúa. Según la encuesta, entre estos profesionales, luchar con las prácticas antisoborno y anticorrupción es altamente o extremadamente desafiante. El 89 % de los entrevistados, entiende que para combatir estos delitos hay que concientizar, entrenar y comunicar a los funcionarios sobre las diferentes normas de los países.
Al respecto, Claudio Peixoto, director Gerente de KPMG en Brasil, señaló que ‘la introducción de las leyes anticorrupción en enero de 2014 tuvo un importante impacto sobre los profesionales brasileños. Junto con las investigaciones de alto nivel en curso sobre corrupción, los profesionales de mi país se tornaron muy conscientes del riesgo, lo cual representa un cambio cultural y está colocando énfasis sobre la evaluación del riesgo y sobre la ética.‘
En tanto, Michael Wilson, socio Líder en Gestión de Riesgo del Directorio y Líder Global en Gestión de Riesgo de Energía de KPMG en el Reino Unido, sostuvo que cada vez más empresas “encuentran dificultosa la tarea de luchar con la corrupción y los sobornos. Mientras tanto, el potencial costo de dejar de cumplir las normas en varias naciones es significativo: multas considerables, la posibilidad de prisión y la pérdida de la reputación corporativa.‘
Es más, de los entrevistados, el 80% también cita la decisión de dejar en personas ajenas a las empresas la gestión del riesgo como una de las áreas más difíciles de lidiar. Los profesionales que respondieron a la investigación de KPMG titulada ‘El creciente desafío global: Gestión de la conformidad antisoborno y anticorrupción en la energía y en recursos naturales‘, aseguran también que ellos son desafiados por la auditoría de terceros, por la variación de las normas nacionales relacionadas a soborno y corrupción, y por la realización de una investigación minuciosa.
El 79% reconoció el riesgo potencial representado por terceros. Otro 41 % afirmó no disponer de un proceso basado en los riesgos de terceros. Según Wilson, “esta es una falla importante del programa. Un procedimiento adecuado para verificar agentes externos durante la fase de entrada de terceros puede impedir que el contagio de la corrupción se extienda por la organización. Incluso antes de la entrada, las empresas precisan emplear un gran esfuerzo para evaluar el riesgo de terceros.”
Fuente: / cronista.com.ar