23 OCT 2014 Se huele el olor a fin de ciclo. Ante la presencia de casi 1000 empresarios, y mayoría de políticos oficialistas más que de opositores, los principales hombres de negocios que participan en el tradicional Coloquio de IDEA que todos los años se lleva a cabo en Mar del Plata, se animaron a cuestionar, criticar y advertirle al Gobierno sobre los errores y la soberbia con la que viene ejerciendo el poder.
Ante la presencia de los gobernadores de Buenos Aires, Daniel Scioli; de Salta, Juan Manuel Urtubey; y de Entre Ríos, Sergio Urribarri, entre otros representantes del oficialismo, los hombres de negocios cuestionaron el hiperpresidencialismo, las reformas a normas y sanciones de leyes sin posibilidad de debate (léase Ley de Abastecimiento, por ejemplo), y que se etiquete a quienes no comulgan con las ideas K como “enemigos”. Elegantes formas de confrontar, en especial con la presidenta Cristina Fernández, y con el ministro de Economía, Axel Kicillof.
El vocero del abandono de la postura ‘blanda’ y temerosa que han venido mostrando los hombres de negocios durante los últimos años fue Miguel Blanco, presidente de IDEA y director general de Swiss Medical Group. Eligió la cena de apertura para pronunciar uno de los discursos más duros contra las políticas kirchneristas que se han escuchado en los últimos coloquios, que en esta oportunidad está cumpliendo 50 años y lleva el título de “Integración. Compromiso de todos”.
Ante un salón repleto, el empresario cuestionó la lógica ‘amigo-enemigo’ que aplica el Gobierno; pidió incorporar a la cultura del trabajo “a amplios sectores de la sociedad sumidos en la pobreza y la indigencia” y hasta se animó a desafiar a quienes intentan desvirtuar el régimen de gobierno que instauró la Constitución Nacional. “Hoy estamos en un intento de reforma del modelo de país que estableció la Constitución de 1853 que no se hace a través de una reforma directa porque no dan los números necesarios de mayorías en el Congreso. Se está intentando llevarlo adelante, basado en una mayoría circunstancial en ambas cámaras, mediante la imposición de leyes que aumentan el hiperpresidencialismo, sin posibilidad de debate y sin poder modificar una coma de las mismas, ignorando el derecho de las minorías a dar su opinión”.
Tras aclarar que no está en contra de que un Gobierno elegido por el pueblo plantee su visión de país, Blanco remarcó que lo que los empresarios rechazan es que las modificaciones “se basen en premisas o considerandos falaces, que desafían la realidad y el sentido común y que se intente hacerlo suprimiendo el diálogo y el disenso y etiquetando a los que no están de acuerdo como enemigos del país”.
Le dedicó también un párrafo a las políticas internacionales encaradas por el Gobierno en tiempos de default. “Necesitamos volver a integrarnos al mundo, en el cual hemos perdido total relevancia a partir de nuestras actitudes erráticas, soberbias y a contramano con las normas de relación entre naciones soberanas”.
El ejecutivo también recordó que durante el Coloquio del año pasado se dio nacimiento al llamado Foro de Convergencia Empresarial, cuyos representantes se levantaron de sus asientos, a pedido de Blanco, y recibieron el aplauso más grande de la noche.
La sensación, tras el discurso de Blanco, es que el empresariado ha empezado a tomar cuenta de que el kirchnerismo puede estar empezando a transitar sus últimos tiempos en el poder y que quizá sea hora de intentar imponer los temas de mayor preocupación para los hombres de negocios en las agendas de los posibles presidenciables. De hecho, y aunque no se encuentren en la agenda oficial de Coloquio, la caída de la actividad, la recesión, la exclusión de la Argentina del mundo, las trabas para importar, el default, la Ley de Abastecimiento, el cepo cambiario, y los constantes e inesperados cambios de normativas y leyes que complican las inversiones son la base de discusión que pretenden instalar ante quienes se han postulado como posibles reemplazantes de Cristina. “El modelo de país en el que vivimos está en discusión”, dijo claramente Blanco en otro tramo de su discurso, en el cual admitió que el rol del empresario también está siendo cuestionado. Quizá sea este uno de los motivos por el cual le pidió a sus pares “más presencia y participación pública”. Les reclamó que “expongan su visión y su punto.
/fuente: cronista.com.ar