Cr. Ramón Vicente Nicastro – Ex Presidente del Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Tucumán y Ex Presidente de la FACPCE
“Recientemente publiqué un trabajo sobre las incumbencias del contador público argentino donde abordé la cuestión de su participación en los procesos concursales y falenciales, al que remito y solo refiero, a modo de resumen, en cuanto que, para actuar bajo la figura creada por ley -síndico concursal-, resulta imprescindible haberse capacitado en la universidad para tal fin, cosa que solo hace el profesional contador público que egresa de una universidad en Argentina.
En este trabajo, es intención de presentar en forma resumida, el rol central y vital que cumple el contador frente a la crisis empresarial cuando ésta se plantea judicialmente y se recurre al remedio del concurso preventivo como medio de solución del estado de cesación de pagos en que cayó, según las regulaciones que a tal efecto hace la ley específica (ley 24522) teniendo en cuenta la importancia de la empresa en marcha, adhiriéndome a la corriente que pregona un modelo social empresario comprometido con la sociedad por el alto impacto que la actividad económica tiene en sociedades como la Argentina en la cual, las crisis económicas se reiteran demasiado.
Una herramienta que también usamos los contadores es el llamado Balance Social y, sobre el particular cito a Erika Silvana Stockl2 , quien, al referirse a lo que debe hacer una empresa, sostiene que el mismo, “tendrá que contemplar no solo la perspectiva económica, sino también la laboral, comunitaria, ambiental y corporativa, para ofrecer a los grupos de interés una herramienta que manifieste lo que la empresa hace, más que de lo que la empresa produce.
Estas dos visiones, la económico-financiera destinada a los accionistas, y la social-ambiental-comunitaria, destinada a una variada gama de grupos relacionados con la compañía, son complementarias e indispensables para generar valor para la empresa y la sociedad en su conjunto”, concluyendo que “el Balance Social es una rendición de cuentas del ejercicio ético y responsable de las actividades sociales de toda la comunidad en un destino geográfico y como tal una necesidad”.
Concomitantemente con esto, válido es analizar la corriente mundial que llama a tener presente al llamado Capital Social no como parte de un estado contable de la empresa, sino como valor ético de la empresa frente a la sociedad donde desarrolla su actividad y para ello qué mejor que recordar a Amartya Sen y Bernardo Kliksberg, quienes en su obra “Primero la Gente” refiere a las cuatro dimensiones del Capital Social”.
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