22-ENE-2014 El Gobierno apuesta a un resultado exitoso del nuevo acuerdo de precios para intentar contener las demandas salariales de los gremios, que al ritmo de la aceleración de la inflación en el último bimestre de 2013 ya anticiparon reclamos promedio del 30% para la inminente ronda de paritarias. En los despachos oficiales se muestran expectantes en que el flamante congelamiento de los precios de 194 productos sirva para morigerar la inflación y evitar desbordes salariales, y rechazan que se evalúen otras medidas con ese propósito. Es el plan A, B y C, indicaron ayer fuentes del Ministerio de Trabajo a este diario.
Mientras buscan ganar tiempo a la espera de que el congelamiento de resultado, dentro de la administración kirchnerista no descartan la alternativa de habilitar el pago de un suplemento salarial extraordinario previo al arranque de las paritarias o la posibilidad de incorporar a los futuros convenios una cláusula gatillo que permita ajustar periódicamente los aumentos en base a la evolución de la inflación, como propusieron desde la CGT oficial, que lidera Antonio caló. Todo es posible, admitieron desde la misma cartera.
En cambio, en el Ejecutivo desechan de plano la idea de un fraccionamiento de los acuerdos salariales, similar al esquema de convenios trimestrales habitual en la negociación entre el gremio de mecánicos de Smata y las terminales automotrices. Es un mensaje complejo y puede resultar muy peligroso porque después resultan inmanejables, analizan. A la vez también dudan de la conveniencia de adelantar la convocatoria al Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil previo a las discusiones por actividad, por el temor de que el aumento que se establezca en ese marco termine funcionando como piso y no como techo en las paritarias.
Pese a que en Trabajo reconocen que no hay aún una definición sobre la política salarial de 2014, un primer objetivo apunta a postergar hasta abril la determinación de las subas salariales en las principales actividades. Para ello la estrategia se concentrará en tratar de fijar acuerdos de pagos de sumas puente trimestrales en aquellas paritarias que deben renegociarse desde este mes. Se trata de los casos de bancarios, trabajadores aceiteros y choferes de colectivos de la UTA, un gremio que a pesar de integrar la CGT de Caló recientemente cerró filas con la central opositora de Hugo Moyano.
Ese esquema ya fue consagrado los primeros días de enero en la actividad petrolera, donde se estableció el pago de un puente no remunerativo con tope de $ 4.000 para el trimestre enero-marzo, cifra equivalente a un incremento del 13% sobre el salario promedio del sector.
El Gobierno tomó nota la semana pasada de la creciente preocupación sindical por la aceleración de la inflación y su impacto directo en la negociación salarial. Según su análisis, la actitud de los dirigentes gremiales aliados y opositores de anticipar planteos de subas de hasta 30% solo generan más expectativas.
Por ello el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, recibió el jueves a Caló y a una acotada delegación cegetista, y un día después el ministro de Economía, Axel Kicillof, también se reunió con el metalúrgico. Capitanich aprovechó el encuentro para volver a reclamar moderación en los reclamos salariales y les garantizó a los sindicalistas la efectividad del acuerdo de precios cuidados para contener la inflación. Mas allá de las promesas oficiales, en la CGT no tienen reparos en admitir su desconfianza con el éxito del congelamiento y reclaman medidas más de fondo para asegurar el control de precios.
Fuente cronista.com.ar