01 Jun 2015. La cuota más baja pasa de $429 a $519 lo que representa un aumento de hasta 20% en la cuota del régimen simplificado. El Monotributo tiene tres componentes: el impositivo, el previsional y el de obra social. Sólo el primero diferencia los importes a pagar según el monto que factura el contribuyente
En respuesta al pedido de los gremios, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) aumentó en 38% el aporte mensual a las obras sociales que soportan los monotributistas.
A través de la resolución general 3.775 publicada este lunes en el Boletín Oficial, el fisco nacional decidió elevar de $233 a $323 el valor del aporte a las obras sociales que realizan los pequeños contribuyentes adheridos en el Monotributo a partir de julio próximo.
Según la resolución general, el cambio en el valor que los trabajadores del Régimen Simplificado para Pequeños Contribuyentes deben pagar se debe a “razones” de “administración tributaria” y a “la necesidad de mantener el debido financiamiento” del sistema para “garantizar el goce de las prestaciones al creciente número de sujetos que acceden a ellas”.
Por lo tanto, la cuota más baja (contemplando aporte a las obras sociales y aporte jubilatorio) pasa de $429 a $519 lo que representa un aumento de hasta 20% en la cuota del régimen simplificado. Para acceder al texto completo de la norma haga clic aquí.
El Monotributo tiene tres componentes de pago: el impositivo, el previsional y el de obra social. Sólo el primero diferencia los importes a pagar según el monto que factura el contribuyente: por la salud y la jubilación se abona lo mismo tanto en la categoría más baja como en la más elevada.
Por lo tanto, el impacto del aumento disminuye a medida que se avanza en las escalas del régimen.
Un régimen desactualizado
El Monotributo fue creado para generar conciencia tributaria entre los pequeños contribuyentes. No obstante, con el paso de los años se fueron complicando las cosas con la creación de varios regímenes de información, recategorizaciones cuatrimestrales y demás trámites.
Para colmo, no sólo se incrementó la complejidad del sistema, sino que también recibió los embates de la inflación: varias categorías quedaron obsoletas y por el aumento de los alquileres, es cada vez más difícil permanecer en el régimen.
La última modificación llegó en 2013, cuando se duplicaron los parámetros establecidos para cada categoría. Sin embargo, a casi dos años de la última reforma, el Monotributo camina una vez más por la cornisa.
En este sentido, Iván Sasovsky, titular de Sasovsky & Asociados, indicó que “los umbrales de facturación máxima deben ajustarse de acuerdo la inflación real, que en el acumulado llegan al 60%”.
Por otra parte, el especialista señaló que “este régimen prevé otros indicadores, como el precio de los alquileres pagados, que también deben necesariamente correr la misma suerte. De lo contrario, estaremos nuevamente frente a un régimen rengo y de imposible aplicación”.
“No sirve de nada tener un régimen para pequeños contribuyentes en el que los mismos sujetos no puedan mantenerse como tales, y menos aun cuando los elementos objetivos que los definen como tales no representan su función”, concluyó Sasovsky.