28-OCT-2013 Pocas veces un industrial habla de lo que pasa en sus plantas y en los escritorios donde circulan los números de la empresa. Norberto Taranto es dueño de la fábrica de juntas y otras autopartes Taranto. Muchas veces el caso de esta empresa familiar que logró profesionalizarse es mirado como ejemplo de éxito empresarial. “Los industriales argentinos no hablamos mucho si nos comparamos con los brasileños que hablan y se quejan”, dice sereno este hombre, que alguna vez confesó sentir cierta vergüenza de pasearse entre profesionales y que ahora se pasea por las escuelas de negocios como un caso de éxito y de estudio. Esto piensa. Esto le preocupa.
-¿Brasil compra menos que el año pasado?
-No. La exportación se comporta similar a lo que lo hacía el año pasado cuando hubo un déficit con Brasil de 4000 millones de dólares. Ese número en 2007 era de 1350 millones. Somos deficitarios en autopartes desde siempre. Hubo una reversión en general en 2012, pero no en autopartes. El año pasado fue de 4000 millones y en 2013 será igual. Cuando protestan los brasileños y nosotros no hablamos, da mucha bronca.
-¿Por qué no hablan?
-Las cámaras puede ser que ocupen una franja de comodidad de un statu quo que no se dan cuenta del problema en el que estamos metidos.
-¿No se dan cuenta?
-En realidad, se dan cuenta, pero no lo manifiestan. Estamos en un problema grande al estar muy cerca del punto de equilibrio en función del gran aumento de los salarios que hubo en los últimos años. Los aumentos de la media salarial rondan 25% y la devaluación estuvo entre 8 o 9 por ciento. Los precios relativos se descompensaron.
-¿Qué porción de los costos ocupa la masa salarial?
-Trepó mucho. Históricamente la masa salarial representó el 27% del precio de venta. Y hoy estamos en 34%. Eso desbalancea todo. El momento más crítico que tuvimos fue en 2001, llegamos a 41 por ciento.
-¿Pero tuvieron años buenos?
-Sí. Hubo años engañosos, por ejemplo desde 2003 hasta 2007. Los salarios estaban retrasados. Los salarios ocupaban el 20 por ciento. Ni uno ni lo otro es bueno.
-¿Qué otros temas le preocupan?
-A los que exportamos mucho nos afectan las retenciones de 5% cuando tenemos una masa salarial de 34%. Nos hace mucho ruido.
-¿Esto en la región no pasa?
-No hay país que cobre retenciones a la industria en la región. Brasil no tiene retenciones ni tampoco impuesto a los débitos y créditos bancarios, y nosotros, 1,2 por ciento. El brasileño no paga Ingresos Brutos y nosotros sí.
-Pero tienen reintegros a las exportaciones…
-Sí, eso compensaría parte, pero lo cobramos con retraso. Yo tengo reintegros por cobrar de 2011. Además, no se olvide de que nuestro dólar es el oficial menos el cinco por ciento. Eso cobramos por exportar. Cuando compramos pagamos 5,80 pesos por dólar; cuando vendemos, 5,55 pesos. Y lo pagamos antes de importar.
-¿Están mal?
-Estamos en desventajas impositivas con nuestros vecinos. Y más ahora con el impuesto a los dividendos. Nuestro país estaba en la media general; ahora no. No nos corresponde a nosotros, los empresarios, tener que pagar por los dividendos como tampoco merece el empleado que le hayan congelado Ganancias durante dos años. No nos corresponde a los empresarios pagar ese impuesto. Ganancias se debería actualizar con un índice que sea el promedio de lo que arreglan los gremios.
-¿Tienen problemas para importar?
-No hemos tenido problemas. Puede ser algunas semanas, pero nada más. Igualmente nosotros tenemos balanza comercial positiva.
-¿Y el crédito?
-Tenemos un nivel de crédito que no hubo jamás en la Argentina.
-¿Sigue complicada la negociación con las automotrices?
-Sí, cada vez más. No nacionalizan lo que deberían; trasladar nuestros costos a los precios es imposible. Y cuando luchamos por un aumento, nos amenazan con importar el producto.
-¿Tienen buena receptividad del Gobierno?
-Este Gobierno siempre se caracterizó por estar sobre el tema automotriz. Hay reuniones continuamente y buena receptividad. Pero siempre hay alguna excusa como para no localizar una pieza en el país. Es un proceso muy largo.
-¿Tienen capacidad instalada?
-Sí, está subutilizada la capacidad instalada. Pero no se nacionalizan más piezas. Muchas veces son decisiones globales. Nosotros en Taranto tenemos un problema: hacemos juntas y sellados para los motores y hace diez años que en la Argentina no se fabrican motores. En el país se arman motores, General Motors, Ford y Toyota, pero cuesta montarse en ese armado.
-¿Nunca puso un pie en Brasil?
-Intenté en 2000. Pero no lo logré.
-¿Tuvo ofertas de compra?
-Hace tiempo. Hoy la fábrica de junta es la más grande de América del Sur. Pero fue hace mucho.
-¿Hay crisis en el sector?
-Sí, especialmente los que exportamos. El que no está en el punto de equilibrio está muy cerca, para arriba o para abajo.
-¿Puede haber despidos o ajustes entre los autopartistas?
-El autopartista en general, especialmente el de capitales nacionales, hace ajustes muy suaves. Es muy fácil perder un mercado y no se recupera fácil.
-¿Es importante el mercado de reposición?
-Sí. Muy importante. Hoy por hoy representa 80% de nuestra facturación. Pretendemos llegar a 50 y 50.
-¿Quién es el interlocutor en el Gobierno?
-El proyecto motor lo lleva [Guillermo] Moreno.
-¿Qué pretende este proyecto?
-Quiere que se fabriquen partes en el país de los motores que después se importan a la Argentina. Es una idea nuestra que él la tomo y consiste en que cada una de las terminales armen un motor acá con partes locales como lo hace General Motors. En su caso, exportar a Brasil que es el origen de los motores. Pero integrar una pieza allá cuesta mucho y no tenemos la ayuda necesaria.
-¿Cuál es la respuesta oficial?
-Convoca a las terminales y las sienta en una misma mesa que nosotros. Eso nunca lo había visto. Pero por culpa de las terminales, esto no va a la velocidad que debería. Nos deben ayudara a tener escala porque la economía de escala compensa el bajo margen. Si no nos ayudan a tener una economía de escala, jamás seremos competitivos. Nosotros tenemos escala porque exportamos mucho, pero podemos crecer. Tenemos capacidad para producir 40 por ciento más.
-¿La calidad argentina es buena?
-Estamos muy bien. No podríamos vender a las automotrices sin calidad. Es muy buena, tanto de las autopartes como de los autos.
-¿Pueden exportar más allá de Brasil?
-Podríamos a los países de la costa atlántica de América, que hay más autos europeos. La costa del Pacífico es más compleja.
-¿No se diversificó?
-Sí, tenemos una finca en San Juan. Hacemos uva para pasa. Hicimos uva en fresco, pero no podemos competir por la mano de obra. Lamentablemente, este año tenemos un año malo por una helada. Exportamos casi todo, mucho a Colombia y a Brasil. Y una parte a China.
-¿Cómo espera 2014?
-Lleno de expectativas. Muy estable. Los últimos años de la Argentina después de 2009 fueron buenos. Se va a mantener todo, no creo que crezca. Nuestro objetivo es crecer en exportaciones. El mercado argentino está muy bien.
-¿Cuánto tiene de nacional un auto que se produce en el país?
-El Gobierno quiere llegar a 30 por ciento. Por ahora no llega a ese número, estamos en 27 por ciento.
EL PERFIL
Profesión: licenciado en Comercialización.
Edad: 65 años.
En 1980 fundó la primera empresa del grupo, líder en juntas para motores.
La diversificación de productos y mercados fue una constante estrategia empresarial del grupo, que está formado por cuatro empresas industriales: Taranto San Juan (sellado), Taranto (fricción y fijación), dos distribuidoras, (Brasil y México), y Agrícola Taranto.
/ fuente: lanacion.com.ar