15 OCT 2014 La primera sucursal se inauguró en Las Lomas de San Isidro, donde vende cortes de su ganado criado en Salta. Luego se instalará en Puerto Madero, Nordelta, Palermo y Recoleta. Quiere imponer la marca Cabaña Juramento.
El banquero Jorge Brito busca diversificar sus negocios. Además de presidir el Macro ahora se embarcó en la apertura de una cadena de carnicerías premium, donde busca imponer la marca propia, Cabaña Juramento.
La primera sucursal la inauguró a pocas cuadras de su casa, en las Lomas de San Isidro. Pero ya se preparan para tener otro local en Puerto Madero y, para más adelante, otros en Nordelta, Palermo y Recoleta.
El empresario tiene una explotación ganadera en Salta, que se llama Inversora Juramento, y es el propietaria del frigorífico Bermejo, que ya vendía al público sus cortes con las marcas Campo Bermejo y Corte Ahorro. Por eso, le encargó a su hijo Marcos que pusiera en marcha un proyecto para traer sus cortes de alta calidad a Buenos Aires, donde buscan hacer pie con la etiqueta Cabaña Juramento y una carnicería boutique donde todo se vende envasado, informó el diario Clarín.
Marcos fue el encargado de desarrollar este proyecto, pero Milagros, también hija de Brito, se ocupó del diseño del local, a través de Vizora, la empresa de arquitectura y desarrollos inmobiliarios del grupo que ella dirige. La inversión fue de 1,5 millón de pesos.
Los fondos para hacer frente al proyecto ya los tienen asegurados justamente en el Banco Macro. Hace menos de quince días Inversora Juramento acordó con la entidad de Brito un préstamo de $50,5 millones, de los correspondientes a la “línea de inversión productiva” (que impuso el BCRA a los bancos para dar a las PyMES) a tasa subsidiada a 4 años.
Inversora Juramento es dueña de 82.000 hectáreas de las cuales un poco más de 56.000 son productivas, dos tercios con pasturas para ganadería y el resto para agricultura. La empresa está integrada verticalmente: desde la cría a la venta directa. Facturó $367,8 millones en los nueve meses al 30 de junio pasado, con una pérdida de $17,9 millones. Según su balance, en esos mismos 9 meses, la cantidad de cabezas enviadas a faena disminuyó 9,5 por ciento.
/fuente: iprofesional.com