Nota en Cristo Hoy acerca de quién fue María Silvina Gramajo
María Silvina Gramajo de Beti, de Aguilares en la provincia de Tucumán, entregó su noble alma a Dios el día de la Virgen de Lourdes. Desde hacía nueve meses cuidaba su delicado embarazo en prestigiados centros asistenciales del norte argentino, pero advertía con indoblegable determinación que de ser necesario se optase por la vida del niño. El asesor de las jovenes de Acción Católica a que pertenecía Silvina, no duda en comparar su heróico ejemplo al de santa Gianna Beretta Molla.
Pbro. Juan Rodolfo Apud Diócesis de la Santísima Concepción:
Es mi deber mantener viva la memoria y el ejemplo de una madre que nos dejó con una extraña mezcla de pena y de orgullo: María Silvina Gramajo. Las alma grandes se muestran en los momentos de tomar decisiones que comprometen su comodidad, su tiempo…su vida”.
Podemos ser débiles y muchas veces un poco cobardes durante nuestra vida, pero cuando llega el momento final, ahí se decide la santidad de nuestra vida.
Silvina; cual otra; Gianna Beretta Molla has elegido a tu hijo…has elegido la vida; no la muerte. Tu derecho terminó cuando se enfrentó con el derecho del pequeño Juan Cruz. Porque ejerciste tu derecho a elegir sobre tu cuerpo y acertaste!. Por eso vivirás en nuestro recuerdo y ese, tu último acto será un faro y un reproche constante a la cultura de la muerte. Tu decisión, en contra de muchos que te querían retener aquí, nos llena de orgullo porque nos ha legado un ejemplo de fe, de amor y de entrega y cada vez que volvamos a escuchar en cada templo “aquel que quiera salvar su vida….”, será un vivo reproche a este pequeño mundo nuestro lleno de temores y mezquindades, incapaz hasta de renunciar a pequeñas trivialidades.
Gracias querida “Gianna” nuestra. Ya nunca te perderemos porque tu decisión se ha eternizado y serás siempre para la Iglesia su orgullo y su corona. Tu nombre brillará no sólo en la eternidad dichosa en la que te veremos si te imitamos, sino también en cada lugar que se hable de la intangibilidad de la vida, en cada marcha de los 25 de marzo. Y cada discurso que cualquiera de nosotros tengamos que pronunciar sobre la vida, será incompleto sin tu nombre.
Te fuiste un 11 de febrero y cada año tu nombre – junto al de la Virgen de Lourdes- resonara con fuerza porque nos traerá a la memoria tu triunfo que nos humilla y nos eleva.
Gracias Silvina, gracias “Gianna” querida. Tu muerte nos ha dado vida a toda la Iglesia y en particular a tu querida Acción Católica que ya no podrá hacer otra cosa que tratar de imitar tu entrega fiel y generosa y preguntarse -al ver la cruz de azul y acero en su pecho- si podremos llegar también a ser los héroes de la JAC.
El alto precio que tu esposo y tus buenos padres tuvieron que pagar fue muy alto, pero con el tiempo se convertirá en un santo orgullo y en un canto de alabanza por lo que Dios hizo con nosotros.
No te pido que descanses en el cielo, te pido que tus oídos estén atentos a los gritos silenciosos de tantos niños amenazados en el seno de sus madres y a las angustias de tanta que como vos quieran imitarte.
Fuente: http://cristohoy.enargentina.com.ar/paginas/5757/argentina:_joven_mam%C3%A1_ofreda_su_vida_por_la_de_su_hijo.php