Muchos de los grandes cambios que han redefinido la forma en que vivimos se explican a partir del avance de la tecnología. Cada innovación, cada nueva herramienta, puede generar un impacto que rediseñé desde nuestras costumbres hasta la forma en que hacemos negocios. Y es por ello que las empresas deben adaptarse y aprovechar cada avance para subsistir y generar nuevas oportunidades de negocio.
Una de las áreas empresariales más afectadas por la reciente ola de evolución tecnológica ha sido, sin dudas, la dedicada al pago de impuestos. Y si bien los avances han permitido a los contribuyentes tomar la delantera en muchos temas en los que no existía una legislación fiscal, los Estados se han puesto al día en ciertos aspectos, como con la aparición de las directrices BEPS –erosión de la base imponible y el traslado de beneficios– o la materialización de los acuerdos de intercambio de información fiscal.
Es por ello que EY –una de las mayores firmas de servicios profesionales en auditoría, impuestos, finanzas y contabilidad– ofrece a sus clientes la posibilidad de aprovechar los avances tecnológicos y optimizar el trabajo en esas áreas. Para dimensionar la importancia del tema, dicha compañía ha desarrollado una clasificación de la evolución de los Fiscos en materia digital y como resultado ha surgido que Latinoamérica es una de las regiones más avanzadas a nivel global.
Ante este panorama, los contribuyentes se verán obligados a reconvertir su modelo operativo. Y es por ello que EY trabaja con aquellas herramientas que permiten mejorar las diversas tareas de la función de Impuestos, liberando tiempo que habitualmente se destina a tareas operativas y utilizarlo en aquellas que generen un mayor valor agregado.
Una de ellas viene de la mano de la robótica (RPA), que permite que un software emule el comportamiento humano y procese datos de manera veloz y con extrema precisión. Su implementación es rápida y el retorno de la inversión es relativamente corto. Su aplicación no sólo aumenta la productividad sino que también otorga flexibilidad para dar respuesta a la variación en la demanda del trabajo –como por ejemplo, al momento de los vencimientos de las declaraciones juradas–. Además, permite tener un control completo de los procesos, dado que la misma solución tecnológica crea un archivo de rastros y registros automáticos.
En ese sentido, también se han desarrollado robots que tienen por finalidad dar respuesta a múltiples exigencias. Existen los que bajan padrones fiscales provinciales y los cargan a los sistemas de ERP, otros que efectúan conciliaciones tributarias, que cargan aplicativos de SIAP u otras declaraciones juradas web, que hacen controles previos a la remisión de información, o que desarrollan procesos internos de la interacción del sector de Impuestos con otros sectores de la administración y finanzas. También se han programado robots para realizar tareas que antes eran casi imposibles de realizar, como uno que revisa –casi en tiempo real– la existencia de deuda fiscal o incumplimientos.
La aplicación de estas tecnologías, por lo tanto, permite reducir riesgos y detectar nuevas oportunidades. Allí entran en juego otras herramientas de análisis de datos y de inteligencia, que brindan la posibilidad de “explotar” los datos fiscales. El Data Analytics, por citar un ejemplo, permite a la función de Impuestos contar con alertas o indicadores que posibiliten corregir un desvío o bien aprovechar una oportunidad de manera inmediata, como podría ser solicitar una exclusión de retenciones o percepciones.
En los próximos años es probable que este nuevo escenario que se presenta exija cada vez una mayor inserción tecnológica, que será crucial para poder cumplir con las exigencias de un Fisco cada vez más “on line”.