16 SEP 2015 En su última aparición en Tecnópolis, ante un concurrido grupo de empresarios de primer nivel, la Presidenta, acompañada por un frondoso PowerPoint con decenas de infografías y números, buscó dejar en claro que si hubo una era en la que se apoyó el desarrollo productivo del país, esa misma tuvo lugar durante el kirchnerismo.
A la jefa de Estado, entre slide y slide, no le tembló la voz al asegurar que “estos doce años significaron el crecimiento industrial más importante de toda la República Argentina”.
La mandataria, durante su discurso que fue transmitido por cadena nacional y que se extendió a lo largo de una hora y cinco minutos, se encargó de mencionar la palabra “industria” durante 91 veces.
Aseguró que sin “chimeneas” no podía haber un proyecto de país, ni de nación y que tampoco había futuro. Incluso, hizo referencia a un cambio cultural entre los argentinos apelando a aquella desafortunada propaganda de los años setenta, que se convirtió en un símbolo delliberalismo.
En la misma, se mostraban sillas de fabricación nacional que se rompían, mientras que la importada “hecha por empresarios extranjeros y por mano de obra extranjera, era estupenda y servía”.
“Eso nunca más volverá a ocurrir en la Argentina”, reafirmó la Presidenta, dando un descanso al PowerPoint y esperando los aplausos de rigor.
El problema es que, mientras la mandataria mostraba el impacto positivo en el sistema productivo tras doce años de kirchnerismo en el poder, las principales ramas de actividadque supieron ser el corazón del modelo, hoy están atravesando un difícil presente.
Empezando por la automotriz, que luego de tocar un récord en 2013, hoy está transitando elpeor año desde 2009. La producción, por ejemplo, acumula una caída del 10%, baja que no está explicada en su totalidad por la mala performance de Brasil, sino también por el descenso del mercado interno, que acumula una contracción del 14%.
Por detrás de estos números, compañías como Fiat, Volkswagen y General Motors, entre otras, debieron activar suspensiones o planes de retiro voluntario por la menor actividad.
¿Sin dólares, hay industria electrónica nacional?
La otra industria simbólica para el kirchnerismo, dado que renació gracias a una ley sancionada por el Frente para la Victoria, es la de la electrónica, que se desarrolla en el polo deTierra del Fuego.
El régimen inicialmente fue creado en 1972 pero fue gracias a una normativa impulsada porCristina Kirchner que las compañías instaladas en el sur pudieron volver a producir, de la mano de una reducción del IVA para los artículos nacionales y de una suba de impuestos y aranceles para todos los bienes importados.
Así las cosas, de un mercado en el que cada año se comercializan entre 12 y 14 millones de celulares, el 97% del total hoy tiene sello “Made in Tierra del Fuego”.
En el caso de los televisores, el 96% proviene de las plantas de producción del sur del país. El resto, un volumen completamente marginal, se importa mayormente desde China.
En esta rama de actividad también se evidencian problemas: en lo que va del año, las estadísticas vinculadas con la fabricación de smartphones y LED vienen barranca abajo.
El problema es que actualmente la demanda de productos electrónicos avanza en terreno positivo, con un alza promedio del 5% en los últimos tres meses. De modo que el bajón industrial responde exclusivamente a la escasez de dólares.
Las empresas de Tierra del Fuego se estaban manejando con una cuota mensual de u$s300 millones para el pago de importaciones de insumos.
Sin embargo, a medida que se desinfló el ingreso de “sojadólares” y que terminó por explotar la compra de divisas por parte de los ahorristas -a través de las ventanillas habilitadas por la AFIP-, el Gobierno decidió cerrar parcialmente el grifo.
Así, la cuota se achicó entre un 20% y un 40%, dependiendo del día y de la compañía. Estas restricciones aleatorias motivaron un pedido de reunión en carácter de urgente con funcionarios del Gobierno por parte de las autoridades de AFARTE, la cámara que nuclea a las firmas que operan en el sur.
Hasta ahora, las empresas sólo lograron la promesa oficial de que a fin de mes se volverá a reestablecer el cupo fijado inicialmente. El primer problema es que esta es la segunda vezque el Ejecutivo no respeta el acuerdo alcanzado. El otro, es que un mes con un nuevo bajónen el ritmo de importaciones terminará afectando el nivel de producción.
Sucede que esta industria tiene una alta dependencia de insumos del exterior para completar los procesos de fabricación. Si a eso se suma que casi el 100% de todos los equipos que se comercializan en el mercado interno provienen de Tierra del Fuego, está claro que el mínimo cortocircuito en la cadena logística termina pegando de manera automática en el nivel de oferta.
Para agravar la situación, estas fábricas acumulan una deuda de entre u$s900 millones y u$s1.000 millones con proveedores del exterior en concepto de importaciones ya realizadasde insumos durante el año pero para las cuales el Banco Central nunca les habilitó las divisas necesarias. Esto implica que muchas terminales electrónicas estánextremadamente complicadas a la hora de gestionar nuevas líneas de crédito.
Celulares y televisores, los más complicados
Las categorías de productos en las que más problemas se registran es en televisores ycelulares.
Estos últimos cerraron el primer semestre con un nivel de producción de 4,2 millones de equipos, lo que implicó un desplome del 32% frente a igual lapso de 2014, constituyéndose además en el peor resultado desde el 2010, es decir, justo el primer año en que la isla comenzó a trabajar a pleno de la mano de los beneficios fiscales.
En cuanto a los televisores LED, de las líneas de fabricación salieron poco más de un millón de equipos, con una caída del 30% frente al mismo período del 2014.
/fuente: iprofesional.com