21-ENE-2014 Hay más de 100 financieras que operan en la plaza paralela. Se abastecen de distintos canales como los exportadores, divisas atesoradas en el exterior o compras en países limítrofes. Capitanich las vinculó al narcotráfico.
El mercado libre del dólar no tiene mucho misterio. El cepo cambiario y una economía en “negro” que representa el 35%-40% potencia una “industria” que tiene una demanda incesante. Según el Gobierno, que en reiteradas ocasiones trató de subestimarlo, este mercado mueve entre 10 y 15 millones de dólares por día; mientras que en el sector calculan que se llegaron a negociar u$s40 millones diarios en los momentos más calientes.
“Insignificante” o no tanto, esta operatoria se transformó en un dolor de cabeza para el Gobierno. Este particular “negocio” con el dólar, lucrativo en un país dolarizado como la Argentina, sigue floreciente. Se calcula que hay más 100 “cuevas” en la city porteña donde se opera el dólar. Los grandes jugadores son las mismas financieras que antes vendían el dólar oficial cuando el Gobierno lo permitía (antes del cepo).
Algunas se reconvirtieron desde la prohibición con el dólar para acaparar ese lucrativo mercado, mientras que otras mantienen la fachada original y como “negocio secundario” operan el
dólar libre.
Hay muchas financieras nuevas comandadas por ex ejecutivos de bancos, casas de cambio, y demás. Pero también están las firmas tradicionales de la city, aquellas a las que llamaba el ex secretario de Comercio -Guillermo Moreno- para bajar el precio del blue, que operan este dólar esquivando el control oficial.
De hecho, algunas de las denominadas cuevas VIP más conocidas están en Puerto Madero. Fue el caso de SGI, la financiera también llamada “La Rosadita”, donde operaba Leonardo Fariña y Federico Elaskar. En muchas oficinas de esa selecta zona de la Ciudad funcionan financieras que venden dólares a clientes importantes. No trabajan con el “chiquitaje”.
Obviamente la clave del negocio son los tan mentados dólares. Como se dijo, en una economía con alta dosis de informalidad, no extraña que haya oferta de dólares para acompañar estas operaciones. La misma economía genera dólares que después de comercializan en el circuito informal.
También hay muchos oportunistas, que no necesariamente tienen ingresos no declarados sino que quieren hacer una ganancia financiera. “Hay de todo un poco. Hay desde exportadores que subfacturan hasta gente que trae dólares o los va buscar a países limítrofes para venderlos acá. Es un negocio que vino para quedarse”, explicaba una fuente.
De hecho, la “viveza criolla” incluyó transportistas argentinos que traían dólares de los países a los cuales iban a llevar mercadería. Todo aquél con oportunidad de hacerse de dólares, lo hace sea para atesorar o para luego venderlo a un precio alto.
Hay ingreso de dólares también por el canal financiero que abastece al blue. El dólar transferencia que se opera en “negro” estuvo en el último tiempo bastante activo. Por lo general, la comisión para llevarse dólares es más alta y para traer más baja o incluso se pagaba (porque nadie traía).
Desde que el blue fue un buen negocio para los operadores, es más cara la comisión para traer que para llevarse dólares. “El argentino tiene dólares fuera del sistema en cualquier parte del mundo. Si los traes para venderlo en el paralelo y tenés una actividad que te genera divisas, están en el mejor de los mundos”, decía un cambista.
Claramente el precio del dólar libre tiene que ver, como en todo mercado, por la oferta y la demanda. Siempre la demanda va a ser más que la oferta, lo que explica el alto precio.Siempre y cuando se mantenga la prohibición para comprar dólares, habrá un mercado que se las arreglará para suplir esa demanda insatisfecha.
Fuente: Infobae.com