08 ENE 2015 Néstor Femenía, un niño de la comunidad Qom en Chaco de sólo 7 años, murió el martes tras una larga lucha contra la tuberculosis, que se vio agravada por un avanzado estado de desnutrición. De acuerdo con su certificado de defunción, falleció por “enfermedad” y no se precisaron las reales causas de su muerte. El caso puso de manifiesto un grave problema respecto a la lucha del Estado contra esta enfermedad: no hay estadísticas oficiales actualizadas que reflejen en qué situación está la Argentina frente a este flagelo.
Los últimos datos que se tienen se obtuvieron en 2007 y son limitados. Ese año, se llevó adelante la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (Ennys), cuyos resultados alcanzaron a los chicos de hasta 5 años, las embarazadas y población femenina de entre 10 y 49 años. En el estudio se reflejó que había menos del 2% de desnutrición aguda y alrededor del 8% de desnutrición crónica, basados en el índice antropométrico utilizado para el relevamiento.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, expresó ayer su pesar por el fallecimiento de Néstor pero consideró que se trató de “un hecho aislado” que debe ser contextualizado, sin soslayar “todo lo que se hizo en estos años en la provincia” del Chaco para mejorar la inclusión social. Las expresiones del funcionario kirchnerista, que gobernó la provincia del norte durante seis años, motivaron decenas de críticas.
Con la muerte del niño qom, las principales instituciones locales que se dedican al estudio de la nutrición y las enfermedades relacionadas coincidieron en que en la Argentina este flagelo está subregistrado. Un aspecto que contribuye a este problema se presenta en los mismos certificados de defunción cuando en causa de muerte no se precisan las reales causas del fallecimiento y en su lugar se informa que la persona murió por “paro cardiorespiratorio” o “enfermedad”.
“Si bien acá queda en evidencia el subregistro tanto de la tuberculosis como de la desnutrición por el certificado de defunción que se muestra en los medios, hay que recordar que por ley existe un sistema de vigilancia que hace obligatoria la notificación de enfermedades como el Chagas, la tuberculosis o el bajo peso, y que deben incluirse en el certificado de defunción”, explicó a La Nación Zulma Ortiz, especialista en salud de Unicef Argentina, quien destacó la necesidad de reforzar los controles estadísticos y llevarlos adelante cada dos o tres años. “No habría que confundir el subregistro debido a una mala práctica profesional con la falta de registro”, insistió.
Los expertos coinciden, además, que tener datos oficiales contribuye a delinear un plan de acción. Natalia Zavaroni, directora de la Red Familia Conin, dijo que “como ocurre con la tuberculosis, que es de notificación obligatoria, la desnutrición por lo menos debería ser de registro obligatorio”. “Esto es algo en lo que insistimos mucho en la red de centros de Conin por la importancia de las cifras y de su comunicación”, añadió.
Ayer, el titular del Centro de Estudios Nelson Mandela, Rolando Núñez, señaló en InfobaeTV que la muerte de Néstor, el chico qom, “es un caso extremo, pero no aislado”. Advirtió que el fallecimiento del chico “es un caso extremo pero no es el único” en el Chaco, planteó que el mal de Chagas y la tuberculosis “están fuera de control”, y responsabilizó a las autoridades sanitarias y políticas por la muerte de Femenía.
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