30-ENE-2014 A poco de que comiencen las paritarias, Antonio Caló, el jefe de la CGT Balcarce, la más cercana al Gobierno, reconoció que “la gente está enojada” al ver cómo “día a día” se deteriora el poder adquisitivo del salario, al tiempo que volvió a cargar contra los empresarios por “cómo han remarcado los precios” en forma “inescrupulosa”.
Caló formuló estas declaraciones tras lanzar, ayer, una campaña de control de precios con los sindicatos afines a la Casa Rosada y anticipar que le pedirá al Gobierno nacional una audiencia para, entre otros planteos, pedir la convocatoria anticipada al Consejo del Salario y el pago de una suma fija de emergencia, un reclamo que también formuló el líder de la CGT Azopardo (opositora), Hugo Moyano. Esta mañana, sin embargo, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, respondió indirectamente a esos pedidos al afirmar que “no hay razones objetivas” como para cambiar la agenda de negociaciones salariales.
En diálogo con radio Mitre, Caló reconoció que “la gente está enojada” por la situación económica y pidió “tratar de calmar las aguas, para que esto salga bien, porque a nadie le conviene que esto salga mal”. “La gente está asustada y somos nosotros los que tenemos responsabilidad social para ayudar a la gente a que no esté asustada”, opinó.
Sin embargo, él mismo reconoció: “Estamos todos preocupados”. “Estamos esperando que se acomode un poco más la economía después de las devaluaciones, con un dólar a 8 pesos. Estamos viendo día a día con los trabajadores cómo el salario se va deteriorando. Esto es una realidad, no podemos mentir”, apuntó.
Sobre los aumentos que se registraron en los últimos días a la par de la devaluación del peso que impulsó el Banco Central, el gremialista del sector metalúrgico calificó como “una cosa inescrupulosa cómo se han remarcado los precios” e insistió en que denunciarán a quienes hayan aplicado subas injustificadas.
“No es que voy a mandar el ejército de la UOM (Unión Obrera Metalúrgica) a controlar los precios. Pero, si no cumplen los acuerdos y los precios se zafan como se zafaron, los tendremos que denunciar”, advirtió y se quejó: “Un kilo de durazno está en 52 pesos. Para comprarlo, un obrero metalúrgico tiene que trabajar dos horas”.
Caló también confirmó que el lunes se reunirá con empresarios metalúrgicos “para ver cómo en conjunto” sacan “la actividad adelante” y buscan cómo proteger “las fuentes del trabajo”.
Fuente: Cronista.com.ar