14 OCT 2014 Los espacios políticos que competirán por la Presidencia en 2015 creen que bajar lainflación a un dígito demorará entre dos y tres años, por medio de un plan que coordine las políticas fiscal y monetaria, junto con la recuperación de la credibilidad del Indec.
Así lo expresaron a LA NACION Santiago Montoya (por el sciolismo), Federico Sturzenegger (Pro), Javier González Fraga (UNEN), Ricardo Delgado (Frente Renovador) y Néstor Pitrola (Frente de izquierda).
-¿En qué plazos podrá bajar la inflación el próximo gobierno?
Federico Sturzenegger: -Bajar la inflación debe ser muy rápido. En general, el problema no ha sido bajar la inflación, sino tener, a posteriori, las políticas macroeconómicas que sean consistentes con esa menor inflación.
Santiago Montoya: -Tiene que haber un plan de 30 meses de convergencia de variables, para generar mayor flexibilización externa, por la vía de la convergencia de la emisión monetaria y el control fiscal. Así, en 30 meses se puede llegar a una inflación del 9%, aunque hay que llegar luego al 5 por ciento.
Javier González Fraga: -El próximo gobierno, si es de UNEN, va a intentar bajarla a un dígito para el cuarto año, considerando que lo haremos sin generar ningún ajuste recesivo, y sobre la base de una reducción de las expectativas de inflación basadas en el reordenamiento de las cuentas fiscales, monetarias y cambiarias.
Ricardo Delgado: -Un plan integral que ataque el componente fiscal y monetario, incentive la inversión y desarme la inercia puede, en una lógica de objetivos anuales para las variables clave, reducirla a un dígito en 24 meses.
Néstor Pitrola: -Vamos a una devaluación muy fuerte de cabeza, lo cual llevará a un impulso inflacionario muy importante por la bancarrota del Banco Central y por el precio de los combustibles, en el marco de la estrategia de endeudamiento del Gobierno. También hay una emisión monetaria enorme con fines espurios, porque los servicios de la deuda serán enormes.
-¿Qué instrumentos deberá usar el próximo gobierno para bajarla con el menor costo social posible?
Sturzenegger: -Hay que alinear la política monetaria con un crecimiento moderado de los precios. Llegar rápidamente a un dígito y después buscar que la inflación no supere el 4% anual. No es difícil el diagnóstico, lo que es más difícil es que la política fiscal sea consistente con esa menor emisión.
Delgado: -El reingreso de dólares a partir de nuevas reglas de juego y una mayor credibilidad en políticas consistentes suavizarán los costos de una estrategia gradual de estabilización. Sería deseable un acuerdo social donde Estado, trabajadores y empresarios readecuaran sus expectativas inflacionarias hacia un esquema de desinflación.
Pitrola: -Suspendiendo el pago de la deuda y con una recomposición del mercado interno, que hoy se ajusta contra salarios y jubilaciones. Además, necesitamos control de cambios, del comercio exterior y una banca pública única.
-¿Qué rol deberá tener el Banco Central en esta estrategia?
González Fraga: -El Central no puede ser el único instrumento antiinflacionario en un país mediano como el nuestro. Es la suma de las políticas fiscal, de ingresos, más la monetaria y la cambiaria, que configuran una estrategia que involucre al gobierno, al sector empresario y al sindical.
Montoya: -Lo imagino, en el marco de la redefinición de los bancos centrales del mundo, ocupado de la inflación y el crecimiento, como la Fed; con metas antiinflacionarias flexibles. Prefiero tener un punto más de inflación, pero tres más de crecimiento.
Delgado: -No es posible reducir la inflación sin coordinación entre las políticas fiscal y monetaria. La ausencia de dicha coordinación explica una parte importante de la aceleración inflacionaria del último año.
Sturzenegger: -El Banco Central es la estrategia. En los Estados Unidos cuando se analiza la inflación se habla de Yellen [la presidenta de la Fed], no de Obama. Los dos activos más importantes de un banquero central son la credibilidad y la visión de que quien lo dirige es alguien que buscará mantener los precios contenidos.
-¿Cómo influye, en ese sentido, la salida de Juan Carlos Fábrega del BCRA?
Delgado: -Depende de lo que decida el Gobierno. Si mantiene la dominancia fiscal sobre la política monetaria, no podrá desacelerar.
Sturzenegger: -Era uno de los funcionarios más equilibrados y manejaba el Banco Central apoyado por funcionarios de línea, que trataban de llevar lo mejor posible las restricciones que imponía el Gobierno.
-¿Qué hay que hacer con el Indec y cómo se puede lograr?
Delgado: -El Indec debe volver a ser un organismo creíble, como lo era, aun con deficiencias, antes de la intervención de 2007. Es preciso recrearlo como una agencia autónoma, cuyos cargos directivos sean designados por concurso. Y que se contemple la reincorporación de los cuadros desplazados.
Montoya: -Las instituciones tienen que estar legitimadas frente a su misión; tenemos que lograr que la gente confíe en las estadísticas.