Las economías regionales pasaron años con muchas complicaciones. Basta con ver los números: desde 2006 hasta 2016, los precios promedio en dólares de los productos extrapampeanos aumentaron un 50%, pero los costos salariales en la misma moneda lo hicieron hasta un 160%, de acuerdo con datos del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral).
En la tercera edición del evento de Economías Regionales de LA NACION, 20 invitados debatieron sobre las perspectivas para el sector en paneles moderados por los periodistas José Del Rio y Carla Quiroga.
En el primer panel, Diego Fainburg (Materiabiz Escuela de Negocios) explicó cómo las empresas del sector pueden extender su vida: con modelos de negocios originales. Andrés Mir (Instituto Argentino de Análisis Fiscal) repasó el incremento de los impuestos que ahogó a las economías regionales. Roberto Basualdo (senador nacional por San Juan y presidente de la comisión de Economías Regionales ) destacó las tareas legislativas que ayudaron o ayudarán al sector, y Germán Di Bella (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina) repasó temas de logística y de falta de inserción en mercados internacionales.
Les llegó el turno a las frutas, el maní y el azúcar. Javier Martinetto (Cámara Argentina del Maní) se refirió a los esfuerzos para agregar más valor a lo que ya exportan. Soledad Izquierdo (Coca-Cola) describió el trabajo junto a los productores citrícolas de la Argentina y Fernando Nebbia (Centro Azucarero Argentino) destacó las ganas de la industria azucarera de aumentar su participación en el mercado energético.
Jorge Day, economista senior del Ieral en Mendoza, cerró el primer bloque de la jornada. Explicó que las economías regionales son las que más sufren con un dólar barato “porque las exportaciones no les rinden y hacia adentro los costos son altísimos”. Y reflexionó: “Lo positivo es que ha llegado la época del replanteo. Tenemos todo el potencial pero hay que trabajar mucho”.
El segundo bloque comenzó con un panel de casos relacionados con los alimentos, el vino y la energía. Verónica Nohara (Newsan Food) contó cómo una compañía de electrónica de consumo pasó a exportar langostinos, miel y maní. Gastón Pérez Izquierdo (Bodega Catena Zapata) repasó la serie de eventos desafortunados que llevaron a que la industria no pudiera estar en buenas condiciones para afrontar, en el pasado bienio, las peores cosechas de los últimos setenta años.
Guillermo Barzi Canale (Establecimiento Humberto Canale) explicó por qué el sector frutihortícola está, a su juicio, “empantanado” y Manuel Ron (Bio4) afirmó que Río Cuarto, en Córdoba, podría convertirse en “el Silicon Valley de la energía”.
En el penúltimo panel, Daniel Funes de Rioja (Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios – Copal) detalló por qué considera que algunas tasas municipales son “delincuentes”; Mariano Lamothe (Abeceb) llamó a estar atentos a las nuevas demandas del consumidor; Ernesto Ambrosetti (Fondagro) hizo hincapié en algunas costumbres de los pequeños productores que complican la expansión del financiamiento, y Diego Giacomini (Economía y Regiones) dijo que los problemas de las economías regionales no están relacionados con el tipo de cambio porque “al dólar no se le puede pedir más de lo que hoy da”.
Cerraron los emprendedores: Martín Carro (Pura Frutta) contó cómo creó la primera productora de jugo 100% natural de manzana en el Alto Valle. Luis Robbio (Belatrix) relató su viaje de Mendoza a Silicon Valley, Lucila Bonzi (Almandina) narró cómo comenzó a vender artesanías lejos de las que se compran y nunca más se usan y Leandro Merlo (Arytza) explicó por qué debieron irse de los supermercados argentinos para luego ingresar en las góndolas estadounidenses.