03 marzo 2016.- Por segunda vez en apenas seis años, la unidad antilavado estadounidense (FinCen, en inglés) cortó todo tipo de colaboración con su par argentina, la Unidad de Información Financiera (UIF). Tomó esa decisión tras verificar que la información confidencial que envió a las entonces autoridades del organismo en Buenos Aires, liderado por José Sbattella, terminó por filtrarse para otros fines.
La cooperación bilateral se cortó en junio de 2015, pero continúa vigente hasta hoy, según reveló ayer el propio gobierno de Estados Unidos al presentar su Reporte 2016 sobre la Estrategia de Control del Narcotráfico Internacional (Incsr, en inglés).
La FinCen, precisó ese informe, “suspendió el intercambio de información con la UIF debido a la difusión no autorizada [de información] de inteligencia por parte de la Argentina que la FinCen había compartido con la UIF”, y anticipó que Washington evalúa sus “próximos pasos” ante lo que definieron como una “ofensa seria”.
Ese mismo informe, elaborado por el Departamento de Estado, recordó que no es la primera vez que ocurre ese tipo de incidente bilateral: “La primera suspensión ocurrió en julio de 2009, y se prolongó durante tres años y medio”.
En aquella ocasión, el cortocircuito se produjo cuando información que la FinCen había enviado a la unidad antilavado local sobre el empresario y candidato opositor Francisco de Narváez se publicó en el diario oficialista Página 12, según reveló entonces LA NACION.
“Lo de De Narváez fue un error que nos excomulgó”, reconoció entonces a LA NACION una fuente oficial al tanto de lo ocurrido entre ambos países, que calificó como “cortocircuito”.
La UIF se encontraba entonces liderada por Rosa Falduto, quien se marchó del organismo sin lograr que se restableciera la cooperación con la FinCen a través de la red internacional Egmont que comparten las unidades antilavado de todo el mundo para intercambiar información sensible.
Tras la renuncia de Falduto, Sbattella asumió al frente de la UIF. Pero de inmediato comenzó a acumular denuncias penales por la supuesta manipulación política del organismo.
Tras tres años y medio de esfuerzos, sin embargo, Washington aceptó restablecer su cooperación con Buenos Aires para combatir el lavado, lo que ocurrió entre fines de 2012 y principios de 2013, lo que Sbattella consideró un logro de su gestión.
En junio de 2015, sin embargo, una nueva filtración terminó con la buena voluntad estadounidense. Más aún, el Departamento de Estado informó ayer que Estados Unidos califica lo ocurrido como una “ofensa seria” y que “la FinCen evalúa sus próximos pasos”.
Viaje a Washington
En ese sentido, el nuevo titular de la unidad antilavado local, Mariano Federici, planea viajar a Washington el lunes próximo. Se reunirá con las autoridades de la FinCen para, una vez más, limar asperezas y prometer que que, con el nuevo gobierno, esas filtraciones no se repetirán.
“Si la Argentina pretende combatir el narcotráfico y otras formas de crimen organizado, no contar con la cooperación de Estados Unidos, ni disponer de su inteligencia financiera, es un «handicap» enorme”, planteó una alta fuente oficial argentina.
La desconfianza norteamericana, sin embargo, excede esa filtración. También alcanza a la capacidad del Estado argentino de aplicar sus leyes, combatir el lavado y el financiamiento del terrorismo, dadas las “deficiencias sistémicas” del Poder Judicial y la “corrupción institucionalizada”, entre otras críticas del informe.
El reporte también expuso la aplicación selectiva de las herramientas antilavados por el gobierno kirchnerista. Sostuvo que la UIF aplicó sus herramientas para capturar “terroristas”, los que en su mayoría eran “ex miembros de la junta militar”. Pero, mientras tanto, “la Argentina no usó su régimen contra el financiamiento del terrorismo para perseguir casos de terrorismo internacional”.
Fuente:/lanacion.com.ar