07 ENE 2016 – Tras el visto bueno que el PRO le dio a Ricardo Echegaray para que asuma al frente de la Auditoría General de la Nación, Elisa Carrió –aliada clave de Mauricio Macri en el Congreso–, afirmó que era preferible darle el cargo a “el Gordo Valor o Barreda” y ayer fue a la Justicia para tratar de revocar la designación.
Junto a otro diputado de la Coalición Cívica, Fernando Sánchez, la ex precandidata presidencial de Cambiemos presentó un amparo contra la resolución adoptada por los presidentes del Senado, Gabriela Michetti, y de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó. En el texto consideraron que el ex titular de la AFIP “no es idóneo para el cargo y no cumple con la Constitución, porque tiene procesos judiciales pendientes”.
Fue un día después de que Echegaray, postulado por el PJ –partido al que le corresponde la presidencial del órgano de control por ser la primera fuerza parlamentaria de oposición– se hiciera cargo de la AGN, en lugar del radical Leandro Despouy. El traspaso se hizo horas después de que se conociera la resolución de las autoridades legislativas, en las que se remarcaba que las impugnaciones presentadas por Carrió y otros dirigentes (entre ellos Margarita Stolbizer) no alcanzaban para trabar el nombramiento de Echegaray, porque el candidato que en su momento impulsó Cristina Kirchner había podido demostrar que no fue procesado en ninguna de las numerosas causas en las que es investigado.
Esa noche, a través de su cuenta de Twitter, Carrió rechazó categóricamente la decisión de las espadas parlamentarias del macrismo, provocando un nuevo chispazo en la alianza gobernante. “Hubiera sido más ecuánime y menos arbitrario haberlo designado al Gordo Valor o a Barreda, antes que a Echegaray”, sentenció. Y agregó: “Con Mauricio Macri tengo una excelente relación, pero todo #Cambiemos sabía y sabe que nunca voy a ser cómplice”. Acto seguido aclaró: “Para los que dicen que estoy afuera les digo que soy diputada de la Nación y estoy trabajando”.
Carrió había cuestionado por primera vez la gestión de Macri al presentar en diciembre un proyecto para impedir que se nombren jueces de la Corte en comisión, en contraposición al decreto presidencial que buscó designar por esa vía a Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz.
Ayer, mientras Echegaray iniciaba su segundo día al frente del órgano dependiente del Congreso que debe controlar a Macri así como revisar los últimos años de la gestión de Cristina Kirchner –incluyendo la del propio funcionario designado cuando era titular de la AFIP–, Carrió y Sánchez reclamaron ante el fuero Contencioso Administrativo Federal que se “declare la nulidad” de la resolución que lo designa, por lo que solicitaron que se habilite la feria judicial.
Argumentaron que Echegaray no es idóneo por haber violado el secreto fiscal y promover una causa contra Carrió, violando sus fueros parlamentarios, y porque “no cumple con los requisitos establecidos en el art. 85 por la Constitución Nacional para ser elegido miembro de la Auditoria General de la Nación, en tanto el mismo cuenta con procesos judiciales pendientes”. También sostuvieron que “se encuentra abierta una causa por enriquecimiento ilícito”. Carrió le anticipó su denuncia al titular del bloque PRO en Diputados, Nicolás Massot. “Hemos cumplido con lo que la ley nos obliga, que es designar al candidato que corresponde al PJ”, le dijo Monzó a Clarín. El macrismo justifica la medida en la necesidad de mantener buena relación con el FpV en el Congreso.
Fuente: Clarín.com.ar