12 nov. 2015.- Es de esperar que se anule la designación tan irregular como escandalosa de dos dirigentes de La Cámpora en la Auditoría General de la Nación, dice el diario La Nación en su nota editorial sobre el tema que compartimos con nuestros lectores.
Uno de los escasísimos organismos de control que con el kirchnerismo continuaron ejerciendo su labor contra viento y marea ha sido la Auditoría General de la Nación (AGN). Sus sólidas e incuestionables auditorías desnudaron graves irregularidades y dieron origen a causas judiciales.
Por ese motivo, y cuando faltan pocos días para que abandone el poder, el kirchnerismo, sintomáticamente, designó en forma absolutamente irregular a dos fieles dirigentes de La Cámpora como nuevos integrantes de la AGN, con la segura intención de que obren de freno de investigaciones que pueden llegar a complicar al oficialismo. Se trata del ex viceministro de Justicia Julián Álvarez y del ex titular del Banco Nación Juan Forlón.
Al atropello que significan esos nombramientos de apuro y de facto en un régimen en retirada se suma un agravante que pone al descubierto la desesperación del Gobierno, pues las designaciones fueron irregulares, punto en el que coincide la oposición política, al extremo de considerarlas nulas porque se incluyeron en el temario de la sesión de la Cámara de Diputados de manera antirreglamentaria.
Por ese motivo, el Frente Renovador (FR), que encabeza Sergio Massa, presentó ante la Justicia un recurso de amparo para que se dé marcha atrás con los nombramientos de los dos camporistas. Idéntico reclamo efectuó esa agrupación política al presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, máximo responsable al permitir sin más la violación del reglamento. Pese a eso, sus fotos con Álvarez y Forlón lo muestran satisfecho. En la de Álvarez, éste hace la V con los dedos sin dejar lugar a dudas acerca del grado de nula independencia con que se desempeñará como auditor.
Según la diputada Graciela Camaño (FR), se vulneró el reglamento de la Cámara, porque para incluir un tema en la sesión se requiere una mayoría de tres cuartas partes del cuerpo, que el oficialismo no había logrado. Los opositores subrayaron también que las designaciones debían hacerse después del 10 de diciembre, con el nuevo gobierno, y advirtieron que al oficialismo le corresponde un lugar y no dos, porque luego del recambio legislativo perderá la mayoría en la Cámara baja. Entidades como Change.org también se pronunciaron por la nulidad de las designaciones. Tras el escándalo desatado en el Congreso, ayer se suspendió la reunión de la AGN hasta después del ballottage. En consecuencia, Alvarez y Forlón aún no se encuentran en funciones.
Con ellos, el oficialismo se asegura cuatro auditores sobre un total de siete. Tres corresponden a la oposición, que ejerce la presidencia con Despouy. Pero si luego del ballottage resulta vencedor Mauricio Macri, el hoy oficialista Frente para la Victoria se convertirá en oposición y, por lo tanto, le corresponderá la presidencia de la AGN. El copamiento de este importantísimo organismo, por cualquiera de las dos vías, habrá quedado entonces materializado.
Una vez más, el Gobierno ha hecho otra franca y obscena exhibición de prepotencia, del afán de avasallar y de la nula observancia de las normas. Todo organismo de contralor brega por la transparencia. La irregular designación de Forlón y Álvarez debe anularse siendo que su vicio de origen constituye una mancha en tan prestigioso y efectivo órgano.
Fuente: /lanacion.com.ar