11 FEB 2015 – Este índice refleja hasta qué día deben trabajar los asalariados para cumplir con el fisco. Los especialistas aseguran que en 2015 se dará una vez que transcurran casi dos tercios del año. El impacto de la desactualización de los tributos y cómo se ha corrido esta fecha desde el 2002 a hoy.
Pasan los años y el escenario es siempre el mismo. Desde hace más de una década, los bolsillos de los argentinos soportan un continuo y sostenido aumento de la presión fiscal.
Así queda demostrado al analizar la evolución del indicadordenominado “día libre de impuestos”.
El índice refleja hasta qué día deben trabajar los asalariados para cancelar la totalidad de los gravámenes que deben soportar en el año.
Antes de la llegada de los Kirchner a la presidencia, en 2002, los trabajadores argentinos se liberaban de la carga impositiva a fines de de febrero.
Pasada más de una década, en 2014 el “día libre de impuestos” se trasladó a principios de agosto.
De acuerdo a la información a la que pudo acceder iProfesional, en 2015 recién llegará a partir de fines de agosto y, para algunos contribuyentes, a principios de septiembre.
De cumplirse los pronósticos, los argentinos tendrán que trabajar cerca de dos tercios del año sólo para poder pagar los tributos que soportan.
Desactualización de impuestos
El avance continuo y sostenido del indicador, a lo largo de la última década, se debe a varios factores.
Por un lado, influye la creciente alza de la presión fiscal potenciada por la llamativa desactualización de los parámetros que constituyen el esquema de tributación de diversos impuestos.
Por el otro, sigue vigente la prohibición que recae sobre el ajuste por inflación. Teniendo en cuenta que las consultoras privadas estiman que el índice de inflación rondará el 30% anual, el problema se agrava aún más.
En la actualidad, la presión tributaria en la Argentina está superando el 40% del PBI. En la década del 80 equivalía a 18% PBI, mientras que en los 90 estaba en 23% del PBI.
Cada vez más tarde
Así las cosas, año tras año se demora aún más la llegada del “día de liberación de impuestos”.
Este indicador consiste en tomar como base de análisis un año calendario y calcular a partir de qué jornada un ciudadano deja de enviar ingresos al Estado, bajo la forma de distintos tributos. En otras palabras, cuándo comienza a trabajar “para su bolsillo”.
En 2013, ese momento era mediados de julio, dependiendo del nivel salarial, de acuerdo con un informe realizado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), mientras que en el 2014 se registró a principios de agosto.
El siguiente cuadro muestra claramente cómo se ha ido corriendo este parámetro desde 2002 a la fecha:
Tal como se observa, cada año que pasa se requiere de una mayor cantidad de días para liberarse de impuestos. Y nada indica que esto vaya a mejorar.
Ganancias y Bienes Personales
Un claro ejemplo de los parámetros desactualizados vigentes en el sistema tributario argentino viene dado por el Impuesto a las Ganancias y Bienes Personales.
Desde hace años, los empleados en relación de dependencia que presentan ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) las declaraciones juradas anuales deben cumplir con un procedimiento especial.
Las autoridades fiscales determinaron que aquellos que superen los $11.075 brutos mensuales ($144.000 anuales), y en la medida en que esos ingresos sean provenientes exclusivamente del trabajo dependiente, deberán realizar una presentación simplificada en Ganancias.
La obligación sólo refiere a dicha presentación, ya que los empleados a los que les dé a pagar el tributo lo hacen mes a mes a través del mecanismo de retenciones sobre sueldos, que reduce el salario de bolsillo percibido.
En el caso de Bienes Personales, la situación es diferente. La falta de actualización de los límites a partir de los cuales se comienza a pagar el tributo abre una nueva polémica, producto de la conjunción de varios factores.
En primer término, la actual normativa del fisco indica que aquellos que ganan a partir de $7.385 brutos al mes ($96.000 anuales) estarán obligados a presentar la declaración del impuesto. Pero sucede que esa remuneración no se actualiza desde el 2010.
Como resultado, una mayor cantidad de personas superó el piso establecido en los últimos años. Esto, sin contar los incrementos previstos para 2015.
Asimismo, desde 2007 tampoco se ha modificado el valor de $305.000 a partir del cual comienza a tributarse el gravamen. Esto hace que con sólo poseer una cochera, un inmueble de pocos metros o un auto de alta gama, un asalariado se vea alcanzado por el gravamen.
Por lo tanto, una gran cantidad de personas continuarán o comenzarán a soportar el tributo aun sin haber incrementado sustancialmente su patrimonio.
/fuente: iprofesional.com