18 SEP 2015 Los promedios son mentirosos. Cuando hay dos pollos y dos personas, el promedio diría que cada uno de los habitantes podría comer un ave. Sin embargo, en la práctica podría suceder que mientras que una de las dos personas comió dos pollos, la otra se quedó con hambre. Algo así sucede con el consumo en estos meses previos a las elecciones.
El promedio del aumento de las ventas de productos de consumo masivo creció un 1,5% en los primeros ocho meses del año, lo que significa un repunte leve. Sin embargo, mientras que el nivel socioeconómico más alto transita una caída del 1% interanual, el sector medio y bajo de la población experimenta un crecimiento del 3%, según datos de la consultora Kantar, especializada en la medición de la evolución del consumo masivo en supermercados.
“El año es razonablemente estable considerando alimentos, bebidas, limpieza y productos de belleza. Como el 2014 fue malo, con este crecimiento se vuelve al nivel del 2013. Sin embargo, la base de la pirámide tiene una situación bastante mejor que la del año pasado, crece alrededor del 3% interanual e, inclusive, está mejor que en 2013”, explica Juan Manuel Primbas, director de Kantar.
Con la desaceleración de la inflación este año y la entrada de las nuevas paritarias, todo lo que se libera de ingresos en estos sectores va a consumo porque tienen demandas retrasadas y el 70% de los gastos de un hogar de este segmento se destina a consumo masivo. “Ese sector tiene una percepción de ventaja”, dice Primbas.
El dato cobra importancia en tiempos electorales, ya que ese grupo que tiene una mejora representa al 50% de la población, con hogares de ingresos de entre $ 5.000 y 15.000 mensuales.
Para la consultora, en las zonas más pobladas del interior del país como provincia de Buenos Aires y Córdoba, es en las áreas donde más se nota ese recupero del consumo y es donde mayor porcentaje de población vive.
“La gente no tiene miedo a consumir, por el contrario, cuando tiene cuotas y descuentos o le ofrecemos préstamos a tasa fija, aumenta el nivel de consumo”, dice Augusto Maspoch, gerente de Marketing de TarShop.
El nivel de incumplimientos bajo ayuda en el escenario. La mora se mantiene en torno al 8% en el segmento medio-bajo y en los sectores menos bancarizados, y en torno al 3% en la cartera de tarjetas de crédito de los grandes bancos. “Cuando se le aumentan los márgenes de crédito a los clientes, eso se traduce en mayor consumo inmediatamente”, cuenta una fuente del negocio de tarjetas de crédito.
Benditas cuotas
La venta con tarjetas apoyada en las cuotas sin interés muestra un crecimiento en el último trimestre (junio-agosto) de una tasa del 48,6% en volumen y un 12% en transacciones contra el mismo trimestre del 2014, según fuentes del sistema financiero. En meses puntuales, ese crecimiento llegó a ser del 60% en pesos y del 20% en volumen.
Si bien la tentación o el disparador de las ventas parecen ser las cuotas, la proporción entre compras en un pago o en cuotas se mantuvo estable, el 50% de las operaciones se hacen en un pago y el 50% en cuotas.
El plan Ahora 12, que impulsa el Gobierno, representa alrededor del 20% del total de las compras a un año con plásticos. Es que muchos de los clientes del sistema financiero ya tienen esa oferta disponible con sus propios bancos, el programa oficial tiene la mayor representación en los comercios que están fuera de los shoppings y que no forman parte de cadenas o grandes marcas. Es decir, los que no tenían hasta este plan la posibilidad de ofrecer 12 pagos. De hecho, el promedio de cantidad de cuotas de todo el sistema es de entre siete y ocho cuotas, incluyendo los acuerdos de marcas, bancos, Ahora 12 y no bonificados.
“Las elecciones en la venta de consumo masivo representan un proceso de esperanza y hay, en general, un pico de consumo. En 2011 y 2013, los ejercicios terminaron con el consumo creciendo. La compra de un inmueble o un auto pueden retrasarse, pero no los básicos”, explica Primbas.
/fuente: cronista.com.ar