02 ENE 2015 El Estado argentino quedó liberado desde ayer de tener que cumplir con esa disposición. Ahora podrá sentarse con más libertad frente a los fondos buitre, ya que no corre el riesgo de ser demandado por los acreedores que entraron al canje de deuda
El Estado argentino quedó liberado a partir de este jueves de tener que cumplir con la cláusula RUFO (Right Upon Future Offers), lo que abre un nuevo marco para las potenciales negociaciones que se puedan llegar a encarar con los fondos buitre por la deuda en situación de default.
La cláusula RUFO era una de las disposiciones fijadas en los prospectos de canje de deuda instrumentado en 2005, que obligaba al país, por espacio de 10 años, a incluir a los tenedores de títulos reestructurados en cualquier nueva oferta que representara una mejora respecto a las condiciones establecidas originalmente.
A partir de hoy, por tanto, el Gobierno estará en mejores condiciones de negociar con los holdouts, quienes en las últimas horas redoblaron su presión contra la Argentina a través de distintas apariciones públicas.
Los analistas coinciden en que existe voluntad de diálogo para culminar de una vez por todas con el default, pero sin que esto represente un apuro en la estrategia negociadora del Gobierno argentino por cerrar de manera inmediata algún tipo de acuerdo que termine perjudicando la estrategia de desendeudamiento llevada adelante, señaló la agencia Télam.
Este escenario es compartido para varias consultoras que, desde distintos ángulos ideológicos, fueron emitiendo opiniones los últimos días, en las que ponderaron la estabilización cambiara y la recuperación de las reservas -que culminaron el 2014 en 31.433 millones de dólares- y la decisión oficial de que, llegado el caso de escasez de dólares para el 2015, el Gobierno podría estar dispuesto a financiarse en el mercado de capitales, de manera de no afectar el nivel de actividad.
Así lo demostró con la salida al mercado del último canje de deuda, del cual también se comprobó que nadie espera que en el 2015 haya algún incumplimiento de pago (hubo muy poco pedido de efectivo), y a lo sumo los inversores eligieron esperar antes de ingresar a nuevas opciones.
Asimismo, la fuerte caída en los precios del petróleo ayuda en el corto plazo a reducir la expectativa de una de las fuentes de la restricción externa, si bien es claro que pone palos en la rueda para el desarrollo de Vaca Muerta.
Debido a la fuerte dependencia externa energética, hay cálculos que indican que el desarrollo de este emprendimiento “reduciría la brecha de divisas energética a un entorno de u$s 4.500 millones, desde los u$s 7.700 millones proyectados inicialmente para 2015 en el escenario base”, como estima la consultora Bein y Asociados.
Por otro lado, en cuanto a la estrategia de deuda en sí, se sabe que los holdouts, el 7,6% que aún mantienen títulos en default, no tienen en su haber fallos iguales por lo que no toda la potencial deuda bajo litigio logró el beneficio de la cláusula “pari passu” invocada por el juez neoyorquino Thomas Griesa para avalar el pedido de los fondos buitre.
Esto permite suponer que podría haber distintos tipos de negociaciones, según el tipo de acreedor.
Esto es que, para ir cerrando la herida del default, el Gobierno encararía una estrategia caso por caso, pero con la tranquilidad que le da el contexto macroeconómico.
Por el lado de la Corte de Nueva York, es de esperar que acelere pedidos de reclamos para que se equipare la cláusula de Pari Passu, que el mediador Daniel Pollack estuvo recopilando en los últimos meses, agregó Télam.
Si Griesa convalida estos reclamos (habría ya sobre la mesa más de 8.000 millones de dólares), no hará más que reconfirmar la hipótesis argentina de que, si hubiese pagado el fallo inicial por 1.600 millones de dólares en junio, no se hubiese cerrado la herida del default, sino todo lo contrario.
Por último, por los efectos del bloqueo que impuso Griesa a los bonistas del canje, algunos especulan con que podría haber más chances de tener pedidos de aceleración de la deuda de quienes no cobraron los pagos que está realizando la Argentina, como los tenedores de títulos con ley de Nueva York o inglesa. Hasta ahora no ocurrieron y se sabe que quienes estaban apurados por cobrar, fueron vendiendo en el mercado secundario a inversores de mayor riesgo, dispuestos a esperar un poco más.
/fuente: iprofesional.com