20 ABR 2015 El Moto GP ha sido el disparador para que el fisco ponga más acento en los contribuyentes de esta parte del país. De hecho, en esta competencia internacional debuta en el NOA el Monitoreo Electrónico de Ventas (Meven), un sistema de “control amigable”, mediante el cual la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) “invita” a un determinado grupo de contribuyentes, seleccionados por su actividad, su envergadura o su importancia, a declarar sus ventas diarias. El régimen, según pudo establecer DINERO, pretende ampliarse a toda la región, tal como se puso en marcha durante el verano pasado en algunos puntos turísticos.
Se trata de una suerte de punto fijo electrónico, mediante el cual el fisco solicita a hoteles, comercios, bares, boliches, entre otras actividades, a declarar, con su clave fiscal, la facturación en la propia página web del organismo (www.afip.gob.ar). Funciona como una suerte de “Gran Hermano”, que busca consolidar el seguimiento fiscal.
A diferencia del punto fijo tradicional, en el que el inspector se instala en la caja de un negocio, el Meven se efectúa durante un período determinado de tiempo en el que el propio contribuyente es el que declara cuánto y cómo vende. El “lado B” de este régimen se da cuando se detectan inconsistencias. Por ejemplo, en el caso del Moto GP que se realiza en Termas de Río Hondo, si el fisco observa que hay diferencias entre lo que factura una empresa respecto de otra de igual actividad en un período de consumo, inmediatamente el sistema electrónico emite un alerta. De tal manera que, luego, el organismo formula el requerimiento respectivo, a fin de que el contribuyente haga su descargo.
El Meven “permite relacionar la actividad que realizan los contribuyentes seleccionados y su comparación con otros operadores que tienen una mejor conducta fiscal”, especifica el sitio oficial www.dialogofiscal.gob.ar, respecto de los operativos realizados en el verano. “Esto claro está, permite evitar un grave perjuicio fiscal y la consiguiente competencia desleal, respecto de quienes cumplen con las normas tributarias”, completa.
Por otro lado, la AFIP realiza una fiscalización electrónica en la que, al cargar los datos y al observar las diferencias, suele enviar al contribuyente un operativo presencial.
La tecnología permite a la AFIP ampliar el espectro de sus periódicas fiscalizaciones, sin necesidad de contar con una gran dotación de inspectores.
Las tarjetas
Otra de las cuestiones en la que se puso mayor celo es en el control de la facturación con plásticos. La detección de la carencia o la no disposición al público de medio electrónico de pago, Posnet, para el cobro de las distintas ventas mediante tarjeta de débito expone al contribuyente a recibir sanciones, multas y hasta clausuras, según los casos.
Los comercios están obligados a aceptar tarjeta de débito en el mismo precio que el efectivo, señala el fisco en su sitio. “La efectivización de la clausura es la etapa final de un procedimiento que se inicia con la notificación formal y expresa de las conductas reprochadas y de la citación a una audiencia a la que debe concurrir el contribuyente para ofrecer su defensa”, explica. Luego de esa audiencia se dicta la resolución que corresponda y una vez firme esa resolución se lleva a cabo la clausura, señala el portal www.dialogofiscal.gob.ar.
La sanción de clausura es un moderno concepto que tiende a repercutir en la economía y no en la persona del contribuyente, ya que protege a quienes cumplen con sus responsabilidades impositivas de quienes operan en circuitos económicos marginales, compitiendo en el mercado en forma desleal, remarca el organismo impositivo.
Fuente: La gaceta