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08 de Agosto de 2017. Este martes el mercado centrará sus miradas en el informe quincenal del Banco Central, en el que deberá establecer cuál será su tasa de política monetaria -el centro del corredor de pases a 7 días-, para las próximas semanas.
La entidad conducida por Federico Sturzenegger no dispone de mucho margen de acción para bajar la actual referencia de 26,25%anual, que se mantiene estable desde el pasado 11 de abril.
No se trata de cualquier momento para el país, ya que la economía está marcada por un clima político alterado en la previa a las PASO del domingo, y la sombra de Cristina Kirchner.
Por el lado de los números, tampoco el BCRA dispone de un rango de acción amplio. Según los sondeos previos, la inflación de julio fue más elevada de lo pensado, y el tipo de cambio también se ha recalentado.
Datos publicados este lunes por el Congreso de la Nación, indican que la inflación de julio fue del 2,1%, y en lo que va del año acumula un alza del 14%, según su Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Una cifra que cada vez más se aleja del objetivo del BCRA de que inflación para todo el 2017 sea de entre 12% y 17%.
Por el lado del dólar, desde inicios de junio el valor del billete ha tomado temperatura y a partir de entonces hasta la actualidad ya subió 10%. El mayorista cotiza a $17,70.
De hecho, en el inicio de esta semana la entidad reguladora debió vender u$s165 millones para que no pase ese umbral de precio. Y en las últimas siete ruedas hábiles intervino otras dos veces, “soltando” unos u$s347 millones.
“En la decisión de tasas, el Banco Central no tiene margen para relajar el sesgo contractivo de la política monetaria”, indica a iProfesional Federico Furiase, economista asociado del Estudio Bein/Eco Go, y profesor en la Maestría de Finanzas en UTDT.
Y completa: “En un contexto de presión cambiaria, el BCRA tiene que mantener el sesgo contractivo de la tasa de referencia para mantener ancladas las expectativas de inflación luego de la escalada del dólar”.
Por lo tanto, finaliza que si el “Banco Central aspira a alcanzar una inflación en la zona de 1% hacia el final del año para estar en línea con la meta central de 10% para 2018, no hay margen para relajar la política monetaria, sobre todo teniendo en cuenta los ajustes tarifarias que quedan pendientes y que tienen impacto directo en la inflación de corto plazo”.
Igualmente, a futuro el mercado está viendo que el descenso de las tasas llegará, pero a un ritmo más lento del previsto.
Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) realizado por el Banco Central entre economistas, que fue publicado los primeros días de agosto, las perspectivas del valor que adoptará la tasa de política monetaria “se elevaron nuevamente” respecto al informe anterior (julio).
Es decir, la previsión del informe para agosto se ubica en 26,25%, por lo que “se mantendría en el nivel actual, definido en abril de 2017″.
Esto significa un incremento de 1,45 puntos porcentuales por encima del valor esperado un mes atrás para el mismo período (constituyendo la quinta revisión consecutiva al alza).
Y recién los participantes del REM esperan que el BCRA inicie su sendero a la baja desde septiembre, estimando que para fin de año alcanzará un valor de 23,80% anual.
Esta proyección significa una suba de 1,80 puntos porcentuales al relevamiento previo (julio).
Fuente: /iprofesional.com