21 OCT. 2015 – Ya sobre el filo de la elección, los actores del mercado financiero están ávidos de definiciones.
No les alcanza, por ejemplo, con que Daniel Scioli haya designado a Silvina Batakis como su eventual ministra de Economía: quieren saber cuáles son las primeras medidas que tiene en carpeta.
Y es por eso que estos días son agitados en reuniones. Se intentan “escrutar” los planes que los equipos asesores ya tienen diseñados pero se cuidan de mostrar a los medios, por temor a algún efecto indeseado por la filtración de temás tabú, como la devaluación y la suba detarifas.
En definitiva, la corrección cambiaria que se viene es, como varios economistas la han definido, la más anunciada de la historia. Todos saben que vendrá, si bien lo que aún se desconoce son los detalles de la implementación, su magnitud, si será de “un saque” o a través de un proceso gradual.
Y, sobre todo, si habrá un plan que garantice que el nuevo equipo económico mantendrá el control de las variables clave o si, una vez más, la lógica del mercado se terminaráimponiendo sobre los planes garabateados en los “papers”.
La pregunta obligada es qué va a pasar con el dólar luego de la elección. En este sentido, muchos inversores se interesan más por la opinión de Miguel Bein que por la de la propia Batakis. A fin de cuentas, el mismo Scioli fue quien presentó al veterano economista como su principal asesor en la materia.
Por lo pronto, el mercado decodificó que lo que se viene es un doble comando, en el cual esta última ejecutará el plan diseñado por el primero.
Un plan que, para empezar, prevé un dólar a $11 para el cortísimo plazo.
La apuesta a la corrección controlada
“El dólar (oficial) tendría que subir entre un peso y un peso y medio de acá hasta fin de año”, afirma Bein, sorprendiendo a su interlocutor.
Si bien la corrección cambiaria es una variable esperada por el mercado, la sorpresa es que pueda iniciarse antes de que Cristina Kirchner deje el poder.
El asesor estrella de Scioli aprovecha los días antes de las elecciones para armar reuniones con inversores locales y extranjeros, para comentarles las ideas de arranque de un eventual gobierno sciolista.
El objetivo: llevar tranquilidad a la comunidad financiera y tender lazos para hacerlos valer en un futuro cercano.
Un dólar que cierre 2015 entre $10,50 y $11,00 (contra $9,50 actual) permitirá que el tipo de cambio termine acompañando la inflación anual, con un salto punta a punta en torno al 25 por ciento.
En abstracto, no parece grave. Pero en una Argentina híper dolarizada, cada salto de la paridad puede marcar el inicio de una dinámica compleja. Así lo cuenta la historia.
Por ese motivo, la idea de Miguel Bein es acompañar una devaluación “moderada” con unalza de las tasas de interés.
El objetivo es múltiple:
- Un alza en el costo del dinero sería un ancla del deslizamiento cambiario. La pregunta, entonces, es qué tasa necesitaría el mercado para preferir pesos antes que dólares.
● Una suba del tipo de interés funciona también como un incentivo para que los sojeros liquiden la cosecha que tienen “encanutada” en los silobolsas. La estimación de los propios productores es que en los campos hay unas 15 millones de toneladas de granos, por el equivalente a 5.000 millones de dólares.
● Un movimiento alcista simultáneo del billete verde y también de las tasas se en cargarían de frenar la fuga de dólares por el rubro turismo, por el encarecimiento de la divisa estadounidense y del financiamiento en cuotas.
Lo cierto es que la suba de los tipos de interés se viene notando en las últimas jornadas sin que el Banco Central haga algo por revertir la tendencia.
Se sabe que un aumento del costo del dinero tiene efectos indeseados sobre la actividad económica. En el equipo de Scioli lo admiten, pero guardan una medida compensatoria. Al respecto, responde Sergio Woyechenszen, experto de temas industriales, cercano al gobernador:
“Mientras dure el proceso, se pueden dar subsidios a las pequeñas y medianas empresas para evitar que sufran”, asegura el actual subsecretario de Industria de la provincia de Buenos Aires. La tasa subsidiada, asegura el funcionario, les permitiría fondearse a costos parecidos a los que regirían si no hubiese un salto.
El plan de los 180 días
El “dólar Bein” -por llamar de alguna manera al hecho de acelerar el ritmo devaluatorio hasta un 15% hacia fin de año- serviría para recuperar sólo parte del atraso cambiario.
Y forma parte de un “plan de estabilización” que tiene en mente el ex funcionario de la Alianza.
En el equipo de Batakis-Bein están convencidos de que la paridad cambiaria es el temacentral de la batería de medidas que tendrán que tomar en los primeros 180 días, si Scioli gana las elecciones.
Llegado el caso, piensan en arribar al próximo invierno con la economía estabilizada, con los cimientos reforzados para que la actividad vuelva a crecer de manera sostenida.
En este contexto, se traza la siguiente secuencia:
- Aceleración devaluatoria gradual.
- Suba de las tasas de interés.
- Realineamiento externo para conseguir financiamiento.
- Reducción del déficit fiscal.
- Rebalanceo tarifario (que también será gradual).
Estos son los ejes principales del plan sciolista.
De asumir el candidato oficilalista, Bein Bein continuaría siendo el ideólogo de las medidas de política económica aun cuando la ministra sea Batakis.
El esquema que imaginan en el equipo técnico implicaría que el veterano analista plantee lasmedidas económicas estructurales que intenten recuperar la actividad: tipo de cambio y tarifas figuran al tope del ranking.
En tanto, Batakis se ocupará de orientar varios puntos claves de la Argentina que viene, entre ellos:
- Una negociación con los holdouts (fondos buitres).
● Y el pacto político-social que se tejerá entre el Gobierno con empresarios y sindicalistas. Por su historia de afiliada peronista, Batakis tiene la confianza de gobernadores y gremialistas como para inmiscuirse en esos temas políticos.
Por afuera de estos tópicos, existe otro capítulo que será fundamental: el fiscal.
Rafael Perelmiter, hombre de extrema confianza de Scioli, a quien el candidato conoce desde hace décadas, tendrá a su cargo las decisiones sobre gasto público.
Y será quien participe en forma directa en las iniciativas sobre las reformas impositivas que llegarán: tanto aquellas que mejorarán las cuentas del campo (retenciones, reintegros a las exportaciones) como las que beneficiarán a los trabajadores (Ganancias).
Los sciolistas puros, aquellos funcionarios que vienen trabajando junto con el gobernador desde hace una década, cuentan este entretelón: Perelmiter, en los últimos años, llevaba personalmente la estadística detallada con los empleados públicos que se sumaban o se iban de la planta permanente de la administración provincial.
Varios de los temas que el próximo Gobierno deberá afrontar han sido tabú durante la campaña. El cambio de las últimas horas es que, ante la definición de nombres y roles en un eventual gabinete nacional, los candidatos se vieron en la obligación de brindar algunaspropuestas.
En ese marco, los responsables económicos -como Bein y Batakis- también avanzaron en definiciones.
No lo hicieron en los sets de televisión, donde en todo caso llevan sus mejores sonrisas, sino ante inversores del país y del exterior.
En las últimas semanas se sucedieron las misiones de empresarios e inversionistas que quisieron ver y escuchar, en vivo y en directo, a los referentes económicos de los candidatos. En especial, a los de Scioli, más difíciles de descifrar para los agentes del mercado.
A pocas horas de las elecciones, no sólo los votantes están atentos a los candidatos y a sus asesores. El mercado, a su manera, también vota.
/fuente: iprofesional.com