29 SEP 2014 El último dato disponible muestra un saldo de $235.000 millones, que al tipo de cambio oficial equivale a las divisas con que cuenta la autoridad monetaria.
El stock de Letras y Notas de Banco Central ya superó los $ 235.000 millones. Esto representa, al tipo de cambio oficial, el equivalente a las reservas totales del ente monetario, que apenas superan los u$s 28.000 millones.
De modo que si los bancos, empresas e inversores quisieran cambiar sus Lebac y Nobac por dólares billetes se llevarían todas las reservas. Claro que este poder de fuego potencial del sector privado sobre las reservas siempre está a expensas de ser licuado vía el ajuste del tipo de cambio del BCRA.
Lo cierto es que un año atrás el stock de Lebac y Nobac sumaba unos $ 115.000 millones y representaba menos del 35% de la base monetaria. Hoy es más del 61% de la base. Y esto sin tener en cuenta los pases pasivos (colocaciones de los bancos en el BCRA), que suman $ 25.400 millones.
Además en los últimos doce meses el tipo de cambio oficial subió el 44,8%, el “blue” más del 66%, las Lebac casi el 111%, y las reservas cayeron el 19% (unos u$s 7.000 millones).
En este contexto la señal más preocupante es la participación del total de Lebac y Nobac sobre el total de depósitos en pesos del sistema financiero. Un año atrás equivalía aproximadamente al 17,6% y en la actualidad supera el 30,5%.
Esto, según Ambito, además de ser un récord, muestra cuánto de la demanda de crédito se lleva el BCRA, o sea, cuánta capacidad prestable le resta al sistema financiero y por ende al sector privado.
Por un lado, la contracara de este stock de deuda remunerada del BCRA ya representa unos $ 66.000 millones de intereses anuales, algo así como u$s 7.700 millones, y es sin duda una importante fuente de déficit cuasifiscal. En tal sentido, ya este diario advirtió que en los últimos meses las ganancias de los bancos estaba explicada por los intereses de las Lebac.
Al respecto, el ex-gerente general del BCRA, Julio Piekarz, considera que los bancos prefirirían prestarle a la gente porque ganarían más spread.
“Si bien es necesaria una política monetaria contractiva, ello no implica que sea un gran negocio para los bancos porque éstos elegirían incrementar la base de clientes privados, sobre todo minoristas, que en el largo plazo es lo que valoriza a las entidades”, explica Piekarz, quien destaca que, a diferencia de lo que ocurría en los 80, aquella colocación de deuda del BCRA era compulsiva, como si fuera un encaje a una tasa predeterminada, y ahora es voluntaria y a tasa de mercado.
El economista Aldo Abram, que al igual que Piekarz reconoce lo preocupante del nivel de Lebac alcanzado, pone énfasis en que lo que cambió fue la composición de las fuentes de financiamiento al Tesoro. Antes de la devaluación de enero, la mayor parte era vía emisión y reservas y en menor medida Lebac.
Ahora es el BCRA que toma fondos del mercado vía Lebac y se los presta al Tesoro ante la caída de la demanda de dinero. “Esto en realidad no es otra cosa que postergar emisión, ya que en algún momento el Tesoro deberá devolverle al BCRA el capital y los intereses, lo que sumará una emisión significativa”, advierte.
/fuente: iprofesional.com