17 SEP 2014 El Gobierno se quedó con los costos pero sin los beneficios. Por eso se espera una nueva devaluación.
Tanto en empresas como en el sector financiero, y obviamente entre las consultoras económicas, ya está instalada la sensación de que al Gobierno le queda poco margen antes de decidir, con convicción o por obligación, una nueva devaluación del peso.
Los motivos son más o menos obvios: la ganancia de competitividad del tipo de cambio que se logró en enero al permitir una devaluación del 18% ya quedó borrada por la inflación que se acumuló desde el 20 de enero hasta hoy.
Es decir, el Gobierno se quedó con todos los costos de la devaluación (aceleración de la inflación) y perdió el beneficio de la competitividad para los exportadores. Y ni siquiera le alcanzó para defender las reservas del Banco Central. Resultó, como se dijo en aquellos días, una “devaluación sin plan” ya que la política monetaria del Central (devaluar y subir las tasas de interés) no fue acompañadapor una moderación del déficit fiscal, responsabilidad de Economía.
Por eso, la consultora Elypsis adviertió ayer en un informe por el “fuerte deterioro que se observa en la competitividad externa de la economía argentina.”
Luciano Cohan, Economista Jefe de Elypsis señaló: “La competitividad cambiaria ya se encuentra en los niveles previos a la devaluación, con un tipo de cambio real multilateral que hoy se ubica un 1.2% por debajo del nivel anterior al del salto devaluatorio”.
La menor competitividad cambiaria, según Elypsis, se suma a un panorama externo complicado. Mayores tasas de interés internacional, y precios de granos en baja por nuevas subas en las estimaciones de la producción norteamericana, profundizan la escasez de dólares a raíz del default.
Eduardo Levy Yeyati, Director Ejecutivo de Elypsis, observó que “ante la suba de tasas en EE.UU. y la desaceleración de la actividad, las monedas de nuestros socios comerciales se deprecian para moderar el efecto sobre la economía real, una práctica cambiaria anticíclica con la que Argentina perdió a manos de la inflación crónica y el default.”.
/fuente: ieco.clarin.com