La medida apunta a aumentar la inclusión financiera en segmentos donde los pagos de salario todavía son en efectivo. Entre las salvedades que hizo el Ministerio está la necesidad de que el trabajador acepte esta opción y que no le represente ningún tipo de costo de creación ni de mantenimiento.
¿Adiós al homebanking? Por una reglamentación reciente del Ministerio de Trabajo, ahora los empleadores están autorizados a pagar sus sueldos mediante billeteras electrónicas.
La medida apunta a aumentar la inclusión financiera, en segmentos donde los pagos de salario todavía se daban en efectivo. Con una resolución que fue publicada en el Boletín Oficial el 11 de este mes, la cartera que conduce Jorge Triaca estableció: “Los dispositivos de comunicación móviles u otros soportes electrónicos habilitados como canales para la transferencia inmediata de fondos podrán ser utilizados por el empleador para la acreditación de remuneraciones en dinero”.
Entre las salvedades que hizo el Ministerio, se encuentra la necesidad de que el trabajador acepte fehacientemente esta opción y que no le represente ningún tipo de costo de creación ni de mantenimiento.
La Ley de Contrato de Trabajo dispone en su artículo 124 cuáles son los medios de pago para los salarios. En todos los casos, el empleado puede exigir que el dinero a cambio de su trabajo, se le otorgue en efectivo.
De esta manera, muchos sectores de la economía formal todavía estaban por fuera del sistema bancario, como es el caso de los empleos relacionados al agro.
La disposición sostiene que estas plataformas tienen por objetivos garantizar “la igualdad en el acceso y uso de los servicios financieros; la agilidad, la seguridad y la gratuidad en los pagos y los cobros, y la disminución de la informalidad”.
La normativa también destaca que estos dispositivos y medios de transferencia inmediata “traen mejoras en la vida de los ciudadanos ante la facilitación del cobro y disponibilidad de recursos dinerarios, con la consecuente simplificación de gestiones o trámites cotidianos, así como también coadyuvan a la formalización de la actividad económica”.
“Es una norma muy buena y muy de avanzada, pero creo que todavía le falta el marco regulatorio que le dé contexto y contenido para que pueda empezar a ser aplicable”, señaló Alejandro Estrada, presidente de la Cámara Argentina de Fintech y creador de Moni.
En este momento, existen varias billeteras digitales, tanto bancarias como no bancarias, en funcionamiento en el país, aunque su penetración es todavía moderada. La expectativa es que una vez que se haga masiva esta opción, nuevos jugadores pasen a formar parte del ecosistema fintech.
Cada una de estos monederos tienen su propia opción para extraer el dinero digital y usarlo en el mundo físico. Desde la extracción en cajeros automáticos hasta en las redes de cobranzas extrabancarias. Pero a su vez, con la expansión de los pagos digitales, los trabajadores podrían comenzar a prescindir del cash.
“Para que esto tenga vuelo hace falta que el ecosistema pueda proveer la interoperabilidad entre billeteras. Hasta que la gente no tenga ciento por ciento libertad de movimiento y esto se asemeje lo más posible a una cuenta bancaria actual, con su tratamiento impositivo y legal, será un poco raro de usar”, agregó Estrada.
Sin embargo, los jugadores ven margen de crecimiento en segmentos de la población que aún no ha sido bancarizada: “Esto le da mucho potencial al desarrollo de las billeteras. Por ejemplo, el sector agropecuario está por fuera de la bancarización. Con esta apertura, se está abriendo el desarrollo del negocio financiero por fuera de los bancos”, explicó Raúl Zarif, CEO de SOS Movil, una billetera digital que nació en Jujuy, amplió su influencia dentro del NOA y que el año fue galardonada en el hackatón de innovación financiera que organiza el BCRA.
Un ejecutivo detrás de otra de las billeteras disponibles en el mercado aclaró al ser consultado por El Cronista, que el objetivo de esta normativa no es “quitarle negocios a los bancos”, sino aumentar la población incluida financieramente.
“En algunas zonas del país a las pequeñas empresas se les complica realizar los pagos en una cuenta bancaria porque, por ejemplo, no hay una sucursal en ese pueblo. Entonces, no les quedaba otra que hacer los pagos en efectivo, con los problemas que esto acarrea. El cambio es que la Ley ahora les permite subirse al sistema, sin mayores complicaciones”, dijo.
En este sentido, Claudio Castro, gerente del segmento personas de Gire/ Rapipago, detalló: “Para los bancos hay algunos segmentos que les cuesta atender, por la velocidad y la rotación. Por ejemplo, los empleados de un call center u otros trabajos temporales, como la zafra. Lo mismo ocurre con empleados domésticos, donde el empleador no tiene múltiples empleados. Hay toda una masa de trabajadores con una demanda insatisfecha o que para los bancos no son rentables”.