El empleo registrado está cayendo a una tasa del 2% anual, de acuerdo al informe del Ministerio de Trabajo en base a lo que pasó en los últimos 6 meses. Un año atrás crecía al 1,5% anual. Además, la mayoría de las empresas prevé mantener sus dotaciones actuales pero son más las que prevén achicar el personal que incorporar nuevos trabajadores.
Los números elaborados a partir del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) de AFIP fueron presentados por el Director General de Estadística de la cartera laboral, Ergasto Riva.
En ese contexto, el funcionario vinculó las dificultades en el mercado laboral con el impacto en el primer semestre de la sequía en el campo, el freno de la obra pública y las tasas de interés, luego de que la semana pasada se conociera un retroceso del 6,7% de la economía.
¿Los factores? Ninguna región del país está exenta del impacto sobre la estructura laboral asociado al proceso de apertura comercial, desregulación financiera, devaluación, ajuste fiscal, incremento en las tasas de interés y retracción del mercado interno.
A nivel provincial Santa Cruz y Tierra del Fuego tuvieron las mayores caídas del número de trabajadores cada 100.000 habitantes, con mermas del 19,9 y 16,5 por ciento, respectivamente. También contabilizaron caídas significativas San Luis (12,6 por ciento), Chubut (10,6), La Rioja (10,3) y Formosa (9,2). La provincia de Buenos Aires, por su parte, anotó una pérdida del 3,2 por ciento.
A esta altura, la incertidumbre está alimentada por no saber cuán profunda será la recesión y cuánto durará. Son preguntas que se hacen los economistas y también los funcionarios del Gobierno. Mientras, las previsiones privadas hablan de una inflación anual de hasta el 35 por ciento y de una caída de entre ocho y 10 puntos del salario, con impacto directo en el consumo.
Es que, con una economía tan débil en lo financiero, cualquier estornudo externo termina pegándole fuerte al país. Si Estados Unidos vuelve a subir su tasa de interés y se produce una nueva salida de capitales, la Argentina podría sufrir una mayor devaluación y más inflación, lo que profundizaría la recesión.
Lo más golpeados
Si bien todos los rubros revelaron un descenso en sus comercializaciones, los que más impacto negativo tuvieron en lo que va del año, en comparación con el mismo acumulado de 2017, son los vinculados al mercado textil, además de la marroquinería y la joyería.