24 dic 2015.- El Gobierno todavía no mostró una estrategia para enfrentar el agujero fiscal que le heredó Cristina Kirchner. Pero a juzgar por los números que anticipó la Asociación Argentina de Presupuesto (Asap), el cierre del año demandará una cantidad de recursos extraordinaria, que seguramente deberá proveer el Banco Central. En su último informe sobre la ejecución presupuestaria de noviembre, la entidad estima que el gasto primario -que no computa el pago de intereses de deuda- ascenderá en diciembre a $ 177.000 millones, 75% por encima del promedio ejecutado en los once meses previos.
Hay otro dato proporcionado por Asap que refuerza la magnitud de este escenario: según el gasto devengado hasta noviembre, para agotar en el último mes del año la totalidad del gasto autorizado la Administración Nacional debería devengar $ 231.000 millones, cuando la ejecución promedio mensual fue de $ 101.000 millones.
Es poco probable que este cálculo se cumpla, ya que para aliviar el esfuerzo de caja que debe hacer el Tesoro en diciembre la Secretaría de Hacienda suele trasladar algunas erogaciones al 2016. Sin embargo, hay un factor político que incentiva a hacer lo contrario: el 2015 es el año que cerrará el ciclo kirchnerista, con lo cual para la nueva gestión abultar el resultado fiscal será la forma más cómoda de justificar medidas antipáticas, como la reducción de los subsidios a las tarifas de luz y gas.
Noviembre, de todos modos, mostró un costado poco habitual para un gobierno saliente: el resultado financiero negativo se achicó $ 35.400 millones, con lo cual el déficit acumulado en once meses descendió a $ 103.000 millones.
El instrumento con el que lograron ese paso no fue novedoso. El Tesoro registró en ese mes ingresos por $ 34.650 millones en concepto de Rentas de la Propiedad. La mitad provino de utilidades del BCRA y la otra de la ganancia que generan los activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSeS. El monto fue siete veces mayor al usado en noviembre de 2014.
El comportamiento fiscal más moderado lo explicaron los gastos corrientes primarios (la suba promedio bajó desde 37,4% en diez meses a 33,5% en once meses), gracias a que la baja del precio del petróleo achicó el monto de los subsidios energéticos. La mayoría del aumento se concentra en el Ministerio de Trabajo, por la incidencia de las prestaciones jubilatorias.
Pero por las últimas ampliaciones presupuestarias que firmó Cristina Kirchner (sin contar medidas que tomó Macri como el refuerzo de la AUH), el Presupuesto vigente al 2 de diciembre tiene un déficit financiero de $ 222.414 millones, que equivale a 4,1% del PBI.
Fuente: / cronista.com.ar