21 ENE 2015 En el plano de las finanzas personales, 2015 será muy movidito y con la particularidad de que deberemos ocuparnos de nuestros ahorros de una manera mucho más activa. ¿Qué puede pasar? El partido tiene un final abierto, de mucha incertidumbre, oportunidades y con un Gobierno que no sabe qué pasos concretos o qué manual aplicará para los próximos meses, ya que la gestión está condicionada por el día a día. ¿Se llegará a un acuerdo con los fondos buitre? ¿Alcanzarán las reservas para entregar el poder sin una crisis en puerta? ¿Se podrá controlar el dólar blue y la fuga de capitales?
No importa si te considerás un inversor conservador (eso no tiene nada malo), pero hay momentos en que es necesario actuar y tomar decisiones. Toda elección tiene su impacto y riesgo: si en lugar de invertir gastás todo tu dinero, perdés la oportunidad de construir un patrimonio para el futuro; pero no gastar y quedarte con los pesos implica exponerte a que la inflación erosione su valor; y si comprás blue estás sujeto a la volatilidad de su cotización y a que en algún momento la brecha se reduzca.
¿Qué hacemos con los pesos?
Estoy convencido que es un momento para invertir a mediano plazo (entre 2 y 4 años), para encontrar oportunidades que hoy se plantean baratas y tienen altas chances de incrementarse. Si actuás exclusivamente con el corto plazo, la probabilidad de equivocarte es muy alta.
Pensemos en el negocio inmobiliario… Los precios medidos en dólares pueden seguir cayendo en 2015 (y parte de 2016) hasta un 15 por ciento. No compraría (salvo oportunidad excepcional) inmuebles usados, pero sí invertiría en propiedades nuevas que me financien en pesos ya que puedo pagar en dólares a una cotización informal (con dólares o Cedin). Lo mismo sucede con todo lo relacionado con la construcción y el acopio de materiales. Aprovechar la brecha es una gran oportunidad si se quiere comprar un metro cuadrado regalado. Cuando vuelvan las inversiones y lleguen dólares a la Argentina, las propiedades se apreciarán. Es sólo una cuestión de tiempo. Por ejemplo, tengo u$s 75 mil: ¿me conviene comprar un departamento para obtener una renta mensual?
En estos momentos, el negocio inmobiliario no ofrece una renta en dólares muy atractiva (con mucha suerte puede superar el 3 % anual). Si tuviera ese capital, lo mejor sería armar una cartera de inversión con cuatro bonos en dólares (por ejemplo, los denominados PARA, DICA, AY24 y el AA17). Vamos a un ejemplo para entenderlo mejor… Con u$s 75 mil puedo comprar un departamento chico y obtener un alquiler mensual de $3 mil o el equivalente a una renta del 3 % anual en dólares. En cambio, invirtiendo el mismo capital en diferentes bonos en dólares (25 % en cada uno), puedo obtener una renta anual cercana a los u$s 6.500, el doble de lo que rinde un alquiler en la actualidad.
Hoy, con algunos bonos podemos obtener un rendimiento superior al 10 % en dólares y las propiedades alrededor de un 3 %. Y si calculamos otros gastos, como el porcentaje que se llevan la inmobiliaria y la escribanía tanto para la compra como para la venta, el riesgo de que tengamos el departamento sin alquilar, o lo que tendríamos que pagar de Bienes Personales, se reduce aún más la conveniencia de comprar una propiedad para alquilar versus invertir en bonos esperando el pago de su renta periódica. Al margen del análisis de la compra de la casa, dos bonos para mirar y seguir de cerca son el Bonar X (vence en 2017) y el AY24 (vence en 2024).
Dólar paralelo, ¿sí o no?
Cuando hablamos del dólar paralelo no podemos asegurar su precio o tendencia, pero sí podemos confirmar que el tipo de cambio oficial se encuentra barato y que en algún momento empezará a subir por encima de la inflación. Por lo tanto, todos los activos que puedan replicar el tipo de cambio oficial o puedan beneficiarse con su incremento hay que tenerlos en cuenta: desde bonos dolar linked, fondos comunes de inversión que inviertan en títulos públicos y obligaciones negociables atadas al dólar hasta acciones de empresas exportadoras que podrían beneficiarse en un futuro.
Los que siguen de cerca al blue deben saber que su volatilidad puede oscilar entre un 30 % y 90 %, y que es muy sensible a las noticias, restricciones y medidas ya que es un mercado no regulado. Lo que debemos aceptar es que en algún momento la brecha se achicará, y que tener los dólares no tendrá ningún tipo de sentido ya que convendrá venderlos a un valor alto y reinvertirlos en otras opciones más rentables. Por este motivo, muchos están aprovechando que la brecha sigue estando alta para cambiar sus dólares e invertir en la construcción o cambiar el auto.
Es momento de tener objetivos muy claros sobre lo que queremos alcanzar con nuestras inversiones. Si no lo sabemos y no tenemos un plan, será muy difícil obtener buenos resultados. Invertir no es una timba: es un arte que requiere de disciplina, anticipación… y muchas ganas. / apertura.com.ar