02 Jun 2015.- El dueño de un concesionario hizo una cuenta sencilla: “Mirá, en mayo se vendieron 8997 autos menos que en 2014. Pero los comerciales livianos [camionetas, utilitarios y pickups] sólo cayeron 611 unidades”, graficó. El ejemplo no era inocente, incluía una lectura de la coyuntura: el segmento de comerciales -productos en general de origen nacional- tiene oferta en el eslabón comercial y además está exento del impuesto interno a los vehículos de alta gama. Esas dos distorsiones en el mercado automotor explican, según dijeron varias fuentes a LA NACION, parte del alza en los precios de los autos y la renovada caída de las ventas. Bien en el fondo, todo deriva de la carencia de dólares para la industria.
Ayer, en la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara), todo era incertidumbre. Luego de una desaceleración de la baja en las ventas de vehículos en marzo y abril, los datos de mayo volvieron a mostrar un importante declive (una caída de 16,5% en la medida interanual). Para escapar a la mala noticia, el presidente de la entidad, Abel Bomrad, y la mesa directiva directamente desconectaron sus celulares. “En el mercado se observa una caída acorde con la tendencia de los últimos meses”, afirmó la escueta declaración de Bomrad en el comunicado difundido ayer.
“Los comercios laburan con el stock disponible, y si no hay rentabilidad no largan sus autos”, dijo una fuente cercana a la cúpula de Acara. “Pensaban que en mayo iban a tener una caída de cuatro puntos y cayeron 16. No saben qué decir”, agregó.
En el Gobierno hay preocupación, sobre todo cuando estos números hacen olas en un contexto electoral. El secretario de Comercio, Augusto Costa, recibió ayer a las terminales automotrices para monitorear la política de precios. Los datos oficiales estiman que las empresas retocaron sus productos 7% en promedio en el primer cuatrimestre (6,5% los vehículos nacionales y 9%, los importados). Se trata, según estiman los funcionarios, de unos puntos por encima de la devaluación en esos meses. “Hay algunos que están ajustando por arriba de las variaciones de costos”, afirmaron a LA NACION fuentes oficiales, que negaron que haya problemas de abastecimiento. Esgrimieron además que las empresas mantienen una proyección de producción de 630.000 unidades para este año, a pesar del feroz ajuste fiscal de Brasil (ver aparte). Negaron que el precio sea la variable clave para entender la caída de las ventas, pero recordaron que en febrero las compañías del sector “buscaban recuperar la rentabilidad perdida en 2014 con mayor margen de precios”.
“Puede que no quieran validarse precios de los 0 km”, admitió otra fuente del oficialismo, que reconoció que la demanda también se enfrió. “Parece que las explicaciones van por el lado más de la macro que de los procesos industriales. Habría que esperar a ver cómo está la venta de usados”, completó el funcionario.
Un empresario que estuvo ayer con Costa dijo que el secretario endilgó el frenazo de la industria (y las ventas internas) a la incertidumbre que inyectó al mercado el proceso electoral. “Dijo además que algunas empresas aumentaron por arriba de su estructura de costos y que íbamos a revisar pautas para el segundo semestre”, agregó. En el Gobierno estimaron que la semana que viene retomarán las reuniones individuales con las terminales.
Las empresas reconocieron que la reunión de ayer fue una “tirada de oreja” del Gobierno por la suba de los precios. Según estimaron en una, los valores de los autos se actualizaron entre 10 y 12% en los primeros meses del año. “Nosotros medimos con la inflación real, no la del Indec”, criticó el empresario.
Según Acara, en mayo se patentaron 47.261 autos, 16,5% menos que en el mismo mes del año pasado y 9,6% menos que en abril. Las empresas que lideraron el mercado fueron Volkswagen (8738), Ford (7591) y Chevrolet (6285). Los modelos que más se vendieron fueron el Gol Trend (Volkswagen), el Fiesta Kinetic (Ford) y el Palio (Fiat).
“El mercado sigue planchado”, analizó Gonzalo Dalmasso, especialista en el sector de abeceb.com. “Hubo algunos indicios de recuperación, con una suba de la confianza al consumidor y apreciación del tipo de cambio, pero los autos están caros por las restricciones en la oferta”.
Ese mismo argumento se desplegó entre los dueños de las concesionarias. “No estoy objetando que haya un enfriamiento de la demanda o cuestiones de precio, pero el impuesto interno sigue distorsionando el mercado”, estimó Hernán Dietrich, CEO del Grupo Dietrich. Antes del 30 de junio el Gobierno deberá actualizar ese gravamen, culpable de que varios modelos de origen nacional y de gama media hayan duplicado sus precios, y de que valores de autos más chicos ingresaran en una estrategia de encarecimiento para mejorar la rentabilidad perdida con los de alta gama. “Además sigue faltando oferta”, dijo.
“Hay un freno generalizado en todos los concesionarios”, confesó otro dueño. “Todos sentían lo mismo en mayo”, agregó el hombre que prefirió el anonimato en tiempos de elecciones y malas noticias./lanacion.com.ar