25-OCT-2013 “Ahora no vendo dólar, pasate en un rato”, fue la frase más escuchada en la city porteña desde el mediodía. Es que un par de horas después de la apertura de las cuevas se repitió el operativo conjunto entre la Policía Federal, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y el Banco Central para inhibir las operaciones del mercado informal. Por ello, hubo pocos negocios y los que se concretaron lo hicieron al precio del jueves, a $ 10,05 para la venta, según pudo corroborar ámbito.com.
Desde temprano, algunos locales del microcentro optaron por dejar sus persianas bajas a la espera de nuevos controles del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Los efectivos realizaron una inspección ocular y se limitaron a recorrer la peatonal Florida. Luego permanecieron en las esquinas más concurridas pero no efectuaron allanamientos. Aunque se trató de un puñado de agentes desplegados, el mensaje que dejó el Gobierno fue claro: si quieren operar, podemos arrestarlos.
Pero como los cueveros están siempre intercomunicados y, a medida que los grupos de la División Fraude Bancario de la policía se alejaba, volvieron -en menor cantidad que otros días- a las calles en buscar de clientes. Esta vez, sin gritar a viva voz “cambio, cambio” para no llamar la atención y pasar desapercibidos.
Cuando los clientes deambulaban por la city lograban encontrar algún arbolito y le preguntaban por precios, la mayoría le contestaba lo mismo: “Por ahora no te puedo pasar, no estamos vendiendo, date una vuelta más tarde”. Durante la jornada, la demanda consultó precios por lo bajo por miedo a los inspectores, pero no desapareció.
La mayoría de las casas de cambio informales operó sólo con clientes habituales y al precio del cierre del miércoles. En una recorrida realizada sobre las calles Florida y Corrientes, ámbito.com comprobó que muchos locales de venta de dólares no abrieron sus puertas.
Los hombres de Moreno aparecieron al mediodía y el grupo se fue desarticulando a medida que pasaron las horas. Los recorridos se hicieron de a cinco personas, de los cuales tres pertenecen a la Policía Federal, uno al Banco Central y otro a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Para las 3 de la tarde, de la decena de efectivos que inició el operativo quedaron menos de la mitad.
La orden impartida el miércoles por el comisario de precios asustó a cambistas que en algunos casos decidieron retirarse del mercado después de la mañana. Además, hubo puntas vendedoras dispares: en un comienzo, los valores fueron mucho más altos, aunque esas cuevas permanecieron por poco tiempo con las persianas abiertas y a media rueda dejaron de vender.
Ante esto algunos arbolitos confesaron a este medio que no planean volver hasta principios de la semana próxima, cuando esperan que, tras las elecciones legislativas del domingo, el clima sea otro.
Con estos controles y la comparación del billete marginal con la cocaína por parte de Alejandro Vanoli, presidente de la Comisión Nacional de Valores, la estrategia del Ejecutivo mostró un viraje respecto a la que se aplicó a inicios de año, momento en el cual el billete alcanzó su máximo histórico de $ 10,45.
Para paliar las alzas previas, instituciones oficiales intervinieron en el mercado marginal con la venta de grandes sumas de divisas y así bajaron la cotización. En cambio ahora, con u$s 34.022 millones en las arcas del Central eso es menos viable. Luego arrancó en julio el blanqueo de capitales, que intenta desviar fondos del mercado marginal, pero con pocos resultados efectivizados hasta el momento.
En tanto, el tipo de cambio llamado “contado con liqui” se negoció a $ 9,35 y el dólar oficial que se opera en bancos y casas de cambio de la city ascendió medio centavo a $ 5,825 para la compra y a $ 5,875 para la venta. Además, la constante intervención de la autoridad monetaria mantiene bajo control a la divisa en el segmento mayorista, que cotizó a $ 5,87 vendedor
/ fuente: cronista.com.ar