13 Dic. 2016. El peso del tributo ha crecido desmesuradamente en los últimos años
Según expertos la tasa del impuesto es elevadísima para las empresas Argentinas
Un mes antes de las elecciones presidenciales de 2015, Mauricio Macri expresó que durante su gobierno los trabajadores no iban a pagar más el impuesto a las ganancias. En los últimos días, sin embargo, el Presidente minimizó la cuestión al sostener que ese tributo apenas alcanza a un 3% de la población, al tiempo que envió al Congreso un proyecto de ley que apenas sube en un 15% el monto mínimo del salario que será alcanzado por ese impuesto.
Distintos funcionarios del Gobierno, incluido el propio jefe del Estado, han justificado el incumplimiento de su promesa en función de una situación heredada de la administración kirchnerista mucho más grave que la imaginada, especialmente en materia de déficit fiscal
El impuesto a las ganancias deriva del impuesto a los réditos, creado en la década de 1930 como un recurso extraordinario y transitorio para superar una situación de estrechez presupuestaria. De esa presunta transitoriedad se pasó a la permanencia, al tiempo que la alícuota aplicada fue creciendo en forma consistente.
Pero lo cierto es que desde hace años, hasta trabajadores cuyos sueldos resultan apenas suficientes para darle una vida mínimamente decorosa a su familia tributan este impuesto, que sólo sirve para alimentar a un Estado cada vez más elefantiásico e ineficiente.
El peso del impuesto a las ganancias ha crecido desmesuradamente en los últimos años en la Argentina en comparación con nuestra región y con el resto del mundo.
Actualmente, un trabajador soltero que posee un sueldo mensual superior a los 18.880 pesos y uno casado con dos hijos que percibe 21.940 pesos pagan el impuesto. Con la reforma que propicia el Poder Ejecutivo Nacional, el haber mínimo a partir del cual pagarán el tributo pasaría a 21.713 pesos para los solteros o para los jubilados y 25.231 pesos para los casados con dos hijos.
Montos Bajos
Se trata de montos ridículamente bajos si se consideran los valores de otros países de la región a partir de los cuales los trabajadores pagan un impuesto equivalente. La tasa del impuesto a las ganancias es también elevadísima para las empresas argentinas, ya que, de acuerdo con datos de la consultora KPMG, es del 35%, cuando el promedio latinoamericano ronda el 27% y el promedio a nivel global, el 23,6%.
El impuesto a las ganancias se ha convertido en confiscatorio. Particularmente, en el caso de los asalariados alcanzados por él, por cuanto, como hemos señalado en otras ocasiones, el salario no puede ser considerado ganancia.
Es menester que las autoridades nacionales comprendan de una vez por todas que el mal llamado tributo a las ganancias sobre los salarios es un impuesto distorsivo y que su progresiva eliminación debe insertarse dentro de una reforma tributaria integral,
Algo que sólo podrá ser encarado a partir de un tenaz combate al gasto público improductivo y de la generación de un shock de confianza que estimule la inversión productiva y el empleo de calidad.
No podemos soslayar que el proyecto aprobado en Diputados duplica impuestos, resucita otros que habían sido derogados hace pocos meses y conspira contra el régimen de blanqueo de capitales .
Expertos tributaristas afirmaron que este proyecto fomenta la evasión y va a perjudicar a los trabajadores en lugar de beneficiarlos. Porque destruyeron el impuesto a las ganancias, cuando la clave era actualizar las tablas de las escalas
Los diputados que votaron el proyecto son los mismos que derogaron el impuesto a los dividendos en el sinceramiento fiscal y ahora lo están reincorporando.
Con respecto del impuesto a los nuevos jueces, al primero que le quieran cobrar va a plantear la inconstitucionalidad por discriminación .Es preciso remarcar que los diputados tributan solamente por el 20% de lo que cobran, por el sueldo: pero no tributan ni por el viático, ni el desarraigo, ni nada.
Discursos contradictorios
Esto se hace en el medio del blanqueo de capitales, con una incertidumbre que no es menor. Qué seguridad le están dando a quien le dijeron hace seis meses que no lo iba a gravar. Hay que indicar que, con la excusa de darle recursos a los pobres, aumenta la presión tributaria con impuestos distorsivos y boicoteando el blanqueo.La tabla de deducciones incluida en el proyecto es kafkiana, como ya Kicillof lo había hecho al poner 14 mínimos no imponibles diferentes..
“El proyecto con media sanción duplica el impuesto a la renta financiera, porque las empresas van a pagar más que antes, vuelve a gravar los dividendos y lo del juego aumentará la carga fiscal porque ya tienen carga de los 3 niveles del Estado y crea el impuesto de emergencia para los inmuebles improductivos que duplica bienes personales.
Fuente: La Página del Colegio en La Gaceta.-