03 DIC 2014.- Hoy un trabajador soltero, sin hijos, que gana $ 17.300, por el impuesto a las Ganancias terminará pagando este año $ 27.500. Así, la AFIP le absorbe en el año un poco más de un sueldo y medio. Ya con un sueldo neto de $ 20.600,Ganancias se lleva $ 42.150 en el año: dos sueldos. Ese es la magnitud del descuento de Ganancias.
Estas cifras, elaboradas por el IARAF (Instituto Argentina de Responsabilidad Fiscal) marcan “el notable incremento de las tasas efectivas de este impuesto que han experimentado tanto los trabajadores dependientes como independientes desde 2001 en adelante”, le dijo a Clarín, el especialista Andrés Mir del instituto.
Es que si el Gobierno hubiera actualizado el mínimo no imponible y demás deducciones, quienes ganan $ 17.300 o $ 20.600 por mes no pagarían Ganancias. Simplemente porque éste sería el piso a partir del cual habría que pagar ese impuesto. Y los que exceden esta cifra, pagarían mucho menos.
Lo que pasó es que durante todos estos años el Gobierno aumentó el mínimo no imponible y las demás deducciones menos que la inflación o la suba de los salarios. Y directamente no ajustó las escalas salariales sobre las que se aplican las alícuotas que se mantienen en los mismos niveles que en 2000, durante la gestión de De la Rua.
Según el nivel salarial, Ganancias puede representar una pérdida del 12% al 25% del sueldo y también más. En esa situación se encuentran un poco más de un millón de trabajadores en relación de dependencia, como operarios petroleros, de la siderurgia, docentes, camioneros, bancarios, de luz y fuerza y tantos otros gremios y hasta 200.000 jubilados. En cambio, la renta financiera sigue exenta.
Además, con cada aumento de los salarios, si no se eleva ese piso salarial a partir del cual se paga Ganancias, el impuesto aumenta y de manera creciente. Por ejemplo, en 2013 a quien ahora cobra $ 17.300, le descontaron de Ganancias el equivalente a un sueldo. Ahora saltó a 1,6 sueldos. Y en lugar de que le retengan la alícuota más baja, del 9%, tributa una tasa muy alta –del 31%– y rápidamente puede llegar al tope máximo del 35%, como una persona de altísimos ingresos.
También por eso muchos trabajadores no quieren hacer horas extras porque, en ese caso, una parte -de entre el 27 y 35%- de ese mayor esfuerzo se lo lleva el impuesto.
Si el Gobierno hubiera ajustado por la inflación o la evolución de los salarios tanto el piso de Ganancias como las escalas, estarían alcanzados por este impuesto unos 250.000 empleados (en lugar de más de 1 millón) quienes, además, pagarían mucho menos.
En el pasado, el impuesto a las Ganancias alcanzaba al personal jerárquico, como gerentes o supervisores. Ahora por este procedimiento de no ajustar por inflación, pagan maestros, bancarios, operarios simples o jubilados.Subir el mínimo no imponible y las escalas no implicaría que el Gobierno tenga un “alto costo fiscal” o “subsidie” a los empleados de sueldos medios o altos.
Simplemente evitaría que la AFIP siga captando una parte mayor del ingreso de trabajador por el simple expediente de no ajustar los valores por la inflación de cada período. Y el Gobierno recaudaría según la estructura del impuesto.Otro tema que sigue pendiente es la actualización del mínimo no imponible de los autónomos. A igual ingreso nominal que un asalariado, el autónomo paga mucho más impuestos.
/ clarín.com.ar