18 FEB 2015 – Las presiones que ejerció el Eurogrupo en las últimas horas hicieron efecto y ahora el Alexis Tsipras anuncio que se sentará a negociar nuevas condiciones
Grecia cede. Las presiones del Eurogrupo, los serios problemas de liquidez y las tensiones en su sistema financiero llevaron al Gobierno de Alexis Tsipras a anunciar que solicitará una ampliación del rescate de hasta seis meses, con una fórmula de compromiso para salvar los muebles en casa, según ha explicado a la televisión alemana el ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis.
Tras un par de semanas de fuertes presiones, incluido un ultimátum del Eurogrupo,Varoufakis ha admitido que Atenas “necesita prolongar el programa de crédito” para negociar con más holgura un tercer rescate en toda regla. La partida, con todo, dista mucho de quedar cerrada.
Grecia enviará una carta al Eurogrupo con su oferta, y los socios del euro evaluarán si cumple lo suficiente las condiciones impuestas. Solo entonces, si la petición se acerca a las exigencias europeas, se convocará una reunión extraordinaria en la que se decidirán los detalles del acuerdo.
Según El País, fuentes del Gobierno griego han explicado que Atenas piensa en una ampliación que se distinga claramente del memorándum que ha gestionado la troika(Comisión Europea, FMI y BCE) en los últimos años. Atenas sigue siendo deliberadamente ambigua: debe contentar a los socios europeos, y a la vez tiene un claro mandato del electorado griego, que votó a Syriza con la promesa del fin de la austeridad, del fin de la troika y del fin del rescate.
Varoufakis ha explicado que habrá “evidentemente”, “tres o cuatro condiciones”, que no ha especificado, pero el Eurogrupo habló alto y claro el pasado lunes: los socios europeos están dispuestos a conceder victorias semánticas a Grecia, e incluso a otorgar cierta flexibilidad, pero quieren una victoria en toda regla: una prórroga del actual programa y de la mayoría de sus duras condiciones.
La idea de Atenas es solicitar una ampliación en la línea del plan diseñado por la Comisión Europea en los últimos días. Ese plan -ver despiece-, sin embargo, ni siquiera ha sido debatido en el Eurogrupo, cuyo presidente, Jeroen Dijsselbloem, ha optado por otra propuesta mucho menos amable que ha llevado a los griegos a rechazar el pacto y al Eurogrupo a plantear un ultimátum. Los socios del euro deberían discutir la propuesta el viernes.
Porque el tiempo apremia: varios parlamentos nacionales -el alemán y el finlandés, entre otros- deben votar para que el acuerdo esté listo el 28 de febrero, la fecha en la que expira el rescate.
La jugada de Grecia ha llegado tras una jornada plagada de declaraciones subidas de tono, de presiones por ambos lados, de mucho teatro: al cabo, la eurozona y Grecia sabían que Atenas necesitaba el dinero; la única alternativa era romper con Europa y entrar en un escenario de ruptura muy peligroso.
Grecia cede -queda por saber cuánto- y desde ahora Europa también está obligada a ceder, a dar concesiones políticas y financieras a un país que ha perdido una cuarta parte de su PIB en el último lustro y cuyo rescate no ha impedido que se disparen la deuda pública, el paro y que el Gobierno denuncie una situación de “emergencia social” en el país. Europa permitirá que Tsipras rebaje el tono de la austeridad.
Aliviará el peso de la deuda. Permitirá algo de gasto social para los problemas más acuciantes. Y en función de lo que decida Alemania, dejará un guiño político a Tsipras, con el final -teórico- de la troika. Y, tras una negociación extenuante que muy probablemente dejará una sensación agridulce en Grecia, en apenas unas semanas arrancará una negociación aún más dura: la del tercer rescate.
Fuente: IPROFESIONAL.COM