26 NOV 2014 El ministro de Economía, Axel Kicillof, defendió que se tomen medidas para “generar incertidumbre y no le gusten a los mercados en post de sostener el modelo de crecimiento económico con inclusión social y la estabilidad del empleo. “Si no está cubierta la situación social, en la Argentina no hay actividad”, recalcó.
Al iniciar la exposición ante la reunión anual de la Cámara Argentina de la Construcción, el funcionario prometió “noticias frescas de lo que ocurre en otras partes del mundo, teniendo la posibilidad de presenciar en Australia la reunión del G-20”. Según dijo, allí mantuvo reuniones “reservadas, privadas y confidenciales” con los mandatarios que representan el 85% del PBI del mundo. “Son prácticamente la totalidad de la producción mundial de la actualidad”, señaló.
“Existen una diferencia sustancial con le modo que se nos informa a los argentinos. Nos enteremos de lo que pasa de una manera sucinta e incompleta”, sostuvo, y advirtió que la información que llega al país está “distorsionada”. “Lo que pasa en otra parte del planeta es indiscutible, es un hecho de la realidad, lo que le pasa a los ciudadanos del mundo es que el planeta está transcurriendo una crisis económica que para unos es la primera, y para otros, es la segunda más importante del capitalismo. De eso se habló en el G-20”, aseveró.
• La caída
En ese marco, recordó que la crisis se inició en 2008 con pocos antecedentes y mencionó la caída de Lehman Brothers. “Eso dio inicio a un proceso que tuvo una evolución que todavía no ser terminar. En el G-20 se discutió si la crisis se iba a profundizar o se iba a estancar. En el FMI le llaman a este período de la historia ‘nueva mediocridad'”, comentó el titular del Palacio de Hacienda.
El relato continuó que “cuando cayó Lehman Brother todo el sistema financiero internacional estaba apestado con activos tóxicos. La financiarización, las idas y vueltas especulativas del dinero, los bonos, los derivados, las transacciones eran cuatro veces más grandes que el PBI mundial. Es como si el PBI global tenía un mundo fantasmagórico al lado suyo, que supuestamente estaba representando en activos, pero lo cuadruplicaban. Al estallar en 2008 los Estados lanzaron un salvataje del sistema financiero y los bancos centrales resolvieron que era una crisis financiera, no real, y solo de Estados Unidos, y no mundial”.
“El mundo no salió de la crisis, hubo un extraordinario salvataje de los bancos”, afirmó y describió que el Estado absorbió los activos o títulos tóxicos y los reemplazó por dólares. “Fue el plan de emisión monetaria mas extraordinaria de la historia y estuvo destinada a los bancos, que recibirán dinero fresco, títulos públicos. En la crisis del 1930 quebraron mas de 30.000 bancos, pero en esta crisis hubo emisión y más emisión para salvar a los bancos”.
“La crisis mundial se abordó con políticas públicas y no se dejó al libre mercado”, enfatizó y recordó que el expresidente de EEUU George W. Bush había anunciado el plan de salvataje con el cual no coincidía ideológicamente. “Se lograron bajar las tasas de interés, incluso en algunos países hay tasas nominales negativas, por el efecto de la inflación de 3% con una tasa a 0,25%, pero la economía mundial no arranca. No hay inversión privada. Es insuficiente la inversión privada y se lo atribuyen al clima de negociaciones, a las perspectivas sombrías del futuro. Hoy en G-20 se discutía si la decisión de la participación pública no fue equivocada. Que haya mucho ahorro, oferta, fondos disponibles no garantiza que haya crecimiento económico”.
Sin embargo, Kicillof citó a Keynes y dijo que el creamiento se dará al revés: lo que genera ahorro es la inversión, es lo que ponen en juego la maquinaria del crecimiento, con ciclos de confianza y expectativas.”Si alguien quiere empezar la construcción de un edificio y piensa que no lo va a vender, no lo hace”, ejemplificó.
• Pesimismo
“Muchas veces el sector privado no invierte por situaciones climáticas, la confianza y la expectativas.¿Quién sabe lo que va a pasar el año que viene, dentro de dos años o dentro de 10 años? El desfallecimiento de la inversión privada mantiene al mundo en un estado de recesión”, alertó.
En este marco, el ministro aseguró que las recetas planteadas hace cinco años fracasaron y por primera vez en el G-20 se habla de estímulo a la demanda privada “Keynes dice que los Estados deben entrar en déficit fiscal para generar mayor oferta. El Estado tiene que ser el que movilice los recursos para que la actividad económica siga funcionando, que es lo mejor que puede pasar para el futuro”, explicó sin especificar en la situación de la Argentina.
Asimismo, rechazó las “profecías autocumplidas” que nunca suceden. “El pesimismo es necesario revertirlo con políticas públicas”, auguró, y dijo que para el sector de la construcción en el G-20 se hablan de los grandes proyectos de infraestructura para generar mayor rentabilidad y demanda agregada. “No es solo el salvataje lo que va a sacar al mundo de la recesión, sino el protagonismo de los Estados, que promueven inversiones y ponen a girar de nuevo la rueda del ahorro”.
Kicillof reveló que desde el inicio 33 millones de puestos de trabajo, pero un desempleo al que le faltan 200 millones de puestos. “Se dejaron de crear puesto para lo que ingresan por primera vez 30 millones, con lo cual falta 65 millones de trabajadores”, afirmó. “El empleo viene mal, el comercio viene mal y la inversión está por debajo del 40%, es decir que el motor de la economía está apagado”, dijo.
• La heterodoxia y la incertidumbre
Al abordar la situación local y las perspectivas para la construcción, subrayó que “para este Gobierno, la construcción ha sido un resorte de la actividad económica, con una enorme inversión en vialidad y vivienda. Es un sector que tiene un papel central en el empleo, con un efecto multiplicador como pocos”.
Además, rememoró la construcción de las pirámides egipcias y la iniciativa de hacer pozos de día y taparlos de noche. “Aunque sea inútil decía Keynes, la construcción es una herramienta para salir de la recesión”, deslizó.
En otro tramo del discurso, cuestionó a los que impulsaron teorías de la ortodoxia económica en la década del ’90 en las naciones en desarrollo. “Lo que se hizo es matar al enfermo con un remedio que en realidad es veneno. Esta crisis para los países débiles pareció como una crisis de deuda y los ortodoxos decidieron pagar con todos los recursos públicos para liberarse de la deuda, liberar a la economía y volver al Estado de bienestar”, analizó, pero advirtió que “al quitarle el peso de la deuda se generó mayor recesión” por los ajustes fiscales y el freno del gasto público, y se generó mayor peso de la deuda sobre el PBI.
“La crisis mundial muestra que si no se aplican las políticas adecuadas, una depresión, un crash, no tiene fondo, y la economía va a seguir cayendo”, se lamentó y destacó las políticas anticíclicas del Gobierno nacional aplicaadas en los últimos 12 años. “La Presidente anunció uno tras otro, como el Pro.Cre.Ar.”, repasó y aseguró que “los grados de libertad que tiene un gobierno hay que emplearlos para defender lo más importante que tiene una sociedad: para darle sostenibilidad a la economía hay que sostener el empleo”.
“Si no está cubierto el frente interno, la inclusión social cubierta, en la Argentina no hay actividad económica. Aunque las políticas públicas sean heterodoxas, no le gusten a los mercados, obliguen los bancos a prestarle a sector productivo porque no tiene esa vocación, o no les de retabilidad, o digan que va a generar más incertidumbre, la economía no puede perder la estabilidad en términos de la capacidad de creación, generación y sostenibildad de empleo, aún en momentos de enorme adversidad de la economía internacional”, expresó.
Con las reciente políticas de incentivo al modelo de crecimiento con inclusión social, Kicillof dijo que “el sector privado sintió el espaldarazo del sector público para que la economía crezca” y añadió que “el Estado es consiente que tiene que dar señales y direcciones la inversión al sector de la construcción”, lo que motivó récords en la ventas de cemento y acero.
• Dos modelos
Antes de finalizar, destinó un mensaje a los empresarios por las elecciones de 2015 y los exhortó a mantener esas políticas. “El año que viene vamos a tener que decidir entre un modelo, que fue atacado en muchas veces, pero que se sabe que pone a rodar la rueda que no favorece a determinados sectores o sindicatos, sino que tiene una preocupación en toda la actividad económica, y tiene que seguir invirtiendo en vialidad, viviendas y obras”, alegó.
“Falta mucho para devolver a los argentinos en materia de deuda social, los que se quedaron sin vivienda, sin perspectiva y sin futuro. Conocemos esas necesidades y los resultados de un Estado comprometido con el modelo de crecimiento con inclusión social y lo que vale el sector de la construcción”, completó.
“Invertir en ladrillos es un instrumento de corto plazo que genera desarrollo y empleo, pero que también genera bienes durables. También hay dos modelos para este sector”, manifestó y abogó por continuar con aquel que “ve el interés del Estado en la obra pública, en los puertos, las represas, y no en algo oculto”.
Kicillof expuso ante la Cámara Argentina de la Construcción, que este martes realiza su convención anual en la que la presidente Cristina de Kirchner reaparecerá en público luego de casi un mes, por problemas de salud. La jefa de Estado encabezará a las 19 el acto de cierre de esa convención, en un hotel de Retiro.
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