30 marzo 2016.- Sobre la ruta 3 en el acceso a Río Gallegos, se emplaza el gran predio que le pertenece a Austral Construcciones. La empresa que se constituyó doce días antes que Néstor Kirchner jure como presidente de la Nación, y que ganó el 80% de las licitaciones del Gobierno los últimos doce años, cerró sus puertas. Personal de seguridad custodia las instalaciones en diferentes turnos, pero desde diciembre no hay movimiento.
Lázaro Báez tenía planes de cerrar la firma en diciembre “de manera ordenada” y con la ayuda del gobierno de Alicia Kirchner. Esto no ocurrió y las deudas con la AFIP y el Banco Nación anticiparon el peor de los escenarios para miles de trabajadores.
“Es un cementerio de camiones”, así describió un ex empleado de Austral a la empresa. Con el portón cerrado, se visualizan en el inmenso patio cientos de camionetas, algunas ya sin cubiertas, trailers que solían estar en los obradores y largas filas de maquinaria pesada en total desuso.
No hay movimiento desde diciembre y en la entrada de la constructora, quedan aún los rastros de la quema de cubiertas que encabezó la UOCRA cuando Báez decidió despedir a 1.800 trabajadores.
El plan original del empresario K, según explicaron desde Austral, era cerrar la empresa en diciembre. Antes que Alicia Kirchner jure como gobernadora de Santa Cruz, el empresario intentó comunicarse. Ni ella, ni Máximo Kirchner, atendieron las llamadas y fue el primer mensaje político.
“Esperaba que lo ayuden con el reclamo a Vialidad Nacional por las certificaciones, pero no hubo ningún gesto”, explicó una persona del entorno de Báez. El grupo reclamaba $ 400 millones por 19 obras, según el listado que presentaron ante la secretaría de Trabajo de la Provincia.
Argumentando que no tiene “liquidez”, Báez inició el procedimiento de crisis y despidió al 50% de su personal. Para el mes de febrero en las oficinas solo quedaba personal administrativo. El quiebre de la relación con la gobernadora Kirchner y la decisión de Vialidad Nacional de intervenir el Distrito 23 de Santa Cruz, acortó los plazos de la empresa.
Después que la Provincia rescindió contratos desde Vialidad Provincial a Austral y Kank & Costilla, en paralelo la Casa Rosada detectó grandes irregularidades en la adjudicación de obras a Báez. En consecuencia, Vialidad Nacional inició los procesos administrativos para suspender toda la obra pública que quedaba en manos del empresario K.
Es el fin del “círculo virtuoso”, después de obtener 50 licitaciones por $24.500 millones los últimos doce años, por primera vez Lázaro Báez no tiene contratos con el Estado: Las últimas 24 obras que le quedaban, le fueron retiradas.
Aún debe resolver cómo enfrentar las deudas y la quiebra parece ser el próximo paso. A la fecha tiene 636 cheques emitidos sin fondos por $40.172.116, un crédito de $160 millones con el Banco Nación, un embargo de $12,3 millones.
Las deudas fiscales son cuantiosas al igual que el pago suspendido a proveedores. Aunque en papeles aún no se declaró en quiebra, la empresa cerró. “No tienen cómo pagar todo lo que deben, no va a poder abrirla nunca más, es el fin de su empresa”, sentenció un alto funcionario del gobierno provincial a Clarín
En las oficinas de la constructora señalaron que desde diciembre el movimiento se detuvo. “No hay más movimiento en ninguna oficina y Lázaro no viene hace meses, ahora solo estamos acá cuidando y entregamos papeles cada tanto pero nada más”, contaron a Clarín desde el predio de Austral.
Fuente: / iprofesional.com