28 MAY 2015.- El año electoral que marca un cambio en el sillón de Rivadavia no generó un ambiente de status quo para todos los empresarios. La Coordinadora de las Industrias de los Productos Alimenticios (COPAL) está iniciando una serie de encuentros no sólo con funcionarios nacionales, sino también con precandidatos presidenciales para plantear los principales problemas que atraviesa la industria de alimentos y bebidas.
Daniel Funes de Rioja, presidente de la entidad, aseguró que se buscará revertir los 21 meses consecutivos de caída en la producción industrial y “hay que reunirse con los que están y los que vienen”. Es por eso que la entidad mantiene encuentros con el ministro de Economía, Axel Kicillof, la ministra de Industria, Débora Giorgi, el secretario de Comercio, Augusto Costa, y el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. “Tenemos buen diálogo”, resumió.
Pero eso no es todo. En paralelo, enumeraron las luces amarillas del sector a los presidenciablesMauricio Macri, Sergio Massa y Daniel Scioli, y ahora la cámara buscará generar encuentros conErnesto Sanz y Margarita Stolbizer. “Scioli nos dijo que junto a la minería y a la energía, somos un sector estratégico”, subrayó. Por ahora, Funes de Rioja admitió que no hay respuestas. “Nos reciben todos, nos escuchan, ya nadie nos refuta. Dicen que entienden lo que sucede, aunque eso no significa que presenten soluciones”.
En un informe de “Análisis y Propuestas de Políticas Públicas”, la entidad enfatizó su preocupación ante la caída de las exportaciones de alimentos. En el primer trimestre de 2015, las ventas al mundo cayeron un 10,2% en precios contra el mismo periodo de 2014. El descenso escala a un 20,5% si se separan los embarques de aceites y pellets. “Estamos perdiendo mercados y si la tendencia se profundiza, será muy difícil de revertir”, agregó Funes de Rioja.
El vicepresidente de la UIA presentó el informe junto a Guillermo Barzi, presidente de la bodega Humberto Canale; Guillermo Padilla, presidente de la Federación de la Industria Licorista Argentina y Osvaldo Capellini, titular del Centro de la Industria Lechera (CIL).
La caída de las exportaciones no es el único dato que preocupa a esta entidad que representa a 37 cámaras. La foto de los primeros tres años evidencia que el costo logístico subió un 25,1% y es otro de los escollos que el sector –que emplea a 500.000 trabajadores de forma directa- encuentra a la hora de producir. Con todo, la curva negativa en la producción industrial que se dio en 2014 es una tendencia que continúa este año.
Crisis de las economías regionales
Más allá de “sensibilizar” a los precandidatos de cuál es la problemática de la industria, Funes de Rioja intentó despegarse de las discusiones que se dan en torno a la inflación, tipo de cambio y ajuste de la economía. Y a la hora de abordar las negociaciones paritarias, especificó que el salario básico del sector creció un 3.000% desde 2001 a 2014. “Esto es una paritaria de inflación”, sentenció. Como el Gobierno, su postura es que los aumentos de sueldo no superen el 27 por ciento.
Sin usar la palabra crisis, otra preocupación se centró en las dificultades de las economías regionales. El aumento de los costos internos, la caída generalizada de los precios internacionales, el descenso de la demanda (interna y externa) y el impacto negativo de la devaluación de Brasil y Rusia son algunos de los factores negativos de los últimos meses. Pero los derechos a la exportación y la presión impositiva volvieron a presentarse entre los principales obstáculos.
Las ventas al exterior de las economías regionales cayeron un 4,6% en el primer trimestre del año. Y al colocar la lupa en cada producto, la realidad es preocupante. Las exportaciones de manzanas cayeron casi un 51% en el primer trimestre, mientras que las ventas al mundo de aceite de oliva descendieron un 40% en el mismo período. La exportación de lácteos descendió un 36,5% y la depollo un 32,9%, sobre todo por la caída de las ventas a Venezuela.
Los empresarios dejaron en evidencia que los derechos de exportaciones de las economías regionales representan al Tesoro unos u$s300 millones, por lo cual se deberían eliminar. “Es un peso marginal dentro de la estructura total”, explicó Funes de Rioja. Barzi explicó que el precio de exportación de un cajón de manzanas es de u$s14m pero la fruta representa sólo dos dólares. El resto es embalaje, frío y logística, “Las retenciones se aplican sobre el valor total”, resumió.
Con más diálogo que respuestas, la Copal presentará este informe el 25 de agosto en un auditorio de la Universidad Católica Argentina (UCA), para hacer pública la situación del sector y cuáles son las propuestas. “Queremos una inflación previsible, libre comercio y que se derogue la ley de abastecimiento. Eso no es sacarle potestades al rol del Estado”, concluyó Funes de Rioja./ infobae.com