19 ENE 2015 Casi 15.000 kilómetros separan las chacras del Alto Valle de Río Negro y Neuquén de la imponente Moscú. Tanta distancia no impide que los productores de peras y manzanas culpen a Rusia de muchas de sus actuales desgracias. Y es que cerca de un tercio de la fruta producida en esa región tiene a aquel lejano mercado como destino final. Esos negocios -y los de muchas otras economías regionales- se ven amenazados tras la fuerte devaluación del rublo, la moneda rusa.
El rublo comenzó 2014 con una paridad de 33 por cada dólar estadounidense. Un año y pocos días después, cotiza a 64 por 1. Es decir, un ruso necesita casi el doble de moneda local para adquirir 1 dólar. Esto le permite a Moscú ganar más rublos por sus exportaciones de petróleo y otras materias primas. Pero tiene consecuencias impensadas en otros lugares del mundo.
En el Alto Valle, por ejemplo, el año pasado vendieron a Rusia la caja de 20 kilos de peras a unos 17 dólares. Tras la mega-devaluación, este año el mismo producto podría colocarse con suerte a 11 dólares o menos. Serán millones los dólares que dejarán de ingresar. Y por eso se pidió al Gobierno que negocie con Rusia alguna compensación, como una rebaja de aranceles.
El impacto de la devaluación rusa se siente primero en ese valle productivo porque ahí arranca el calendario anual de cosechas. Pero el Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural advirtió que son muchas las actividades que se verán perjudicadas. “Si bien la Federación Rusa representa 3,6% del total del comercio exterior, para algunas economías regionales este mercado es vital”, se explicó.
En la lista de sectores más expuestos, además del de las peras y manzanas, el trabajo identificó a los cítricos, la manteca, las carnes congeladas y las frutas secas. También van a Rusia parte de las exportaciones de huevos, maní, quesos, uvas frescas, menudencias bovinas, azúcar, grasas animales, cueros y pescado congelado. En este escenario, la Rural sugirió eliminar retenciones a los productos más afectados, como mecanismo para devolverles algo de competitividad internacional.
/ clarín.com.ar