11 Ene 2017 – La impresora 3D que produce los repuestos que el clásico edificio requiere y que ya no están en el mercado: tubos, cañerías y hasta portalámparas. Una recepcionista que da la bienvenida y es un robot que centraliza las llegadas a la oficina central de Buenos Aires. Especialistas en realidad aumentada probando distintas experiencias en un laboratorio específico en el que se cruza una mascota digital con el trabajo diario y unas 60 personas dedicadas exclusivamente al campo de la investigación dan el marco. Allí Sergio Kaufman, presidente de Accenture Argentina y Sudamérica Hispana, e investigador de los negocios del futuro desde al menos cuatro años recibe a LA NACION.
“Globalización, tecnología y diversidad, son las tres palabras que describen lo que pasa en el mundo de los negocios en materia de innovación”, dispara y da pie a una entrevista en la que queda claro lo que viene: hiperconectividad, tiempos que se aceleran y empleos en migración.
-¿Por qué globalización, tecnología y diversidad?
-La globalización, porque el mundo ha pasado a ser plano, ya no es más redondo, en el sentido que da igual si innovás acá o allá. La innovación es global, porque los productos también son globales. Tecnología significa cambiar el trabajo. Creer a esta altura que podemos cerrar las fronteras para proteger el trabajo es no darse cuenta de lo que está pasando. La tecnología puso viejo el debate sobre el movimiento de la fuerza de trabajo: es la aparición en un lado y la desaparición en otro del trabajo. Y después tenés la diversidad: la existencia de grupos diferentes que te permite desarrollar la materia prima para generar innovación. Con lo cual, globalización, tecnología y diversidad te definen un poco lo que está pasando.
-¿Cómo se comunica esa innovación al mundo?
-Sin que la persona deje de estar en el centro, la casa y el auto van a ser los lugares más conectados en el futuro. En Singularity (University), un especialista te dice que el lugar más conectado de la casa va a ser a futuro el baño, porque te vas a lavar las manos y te va a medir las células, y el auto lo mismo: va a tener tu agenda del día, los temas que tengas con los chicos, y tu casa va a integrarte lo que tengas. Todos vamos a estar conectados, incluso los cuerpos. Casa conectada, auto conectado, asistencia digital.
-En algunas oportunidades está sobreutilizada la palabra innovación…
-Hoy, la innovación es el parche de la glucosa para quien tiene diabetes, o el sistema de inteligencia artificial que es un asistente robótico; o analytics que, sobre la base de un drone, te diga donde fumigar para evitar una plaga de cualquier tipo. La innovación hoy se convirtió en un motor de la ciencia dura. Eso es lo importante. Ya no es sólo el emprendedor, ya no es el hipster. Necesitás cosas radicalmente nuevas, que pasan por algo radicalmente distinto. Es la era del emprendedorismo duro, de las ciencias duras, aplicadas a emprendedores que pueden hacer cosas distintas.
-Sin embargo, no está tan aplicado…
-No, pero viene con todo. Por ejemplo, viene en el mundo de los autos, pero con autos eléctricos. Si manejás un Tesla, ves que es una experiencia nueva. El auto eléctrico va a requerir motores eléctricos y hay que ver cómo desarrollarlos para que sean eficientes.
-¿Qué lugar tiene la Argentina en este proceso?
-Desde hace cuatro años comencé a investigar con fuerza todo lo referente a la innovación porque es allí adonde tenemos una oportunidad. La Argentina va a tener estructuralmente sueldos medianos y altos, porque la aspiración de la gente va a ser vivir más como un europeo que como un asiático. Lo que te va a dar la diferencia para pagar ese nivel de vida es la innovación. Si vas igual a igual, por un programador o un analista financiero, sueldo por sueldo, tal vez perdés con el sudeste asiático. Si competís cabeza a cabeza contra la India, seguro va a ser más barata la India. Pero si vos le agregás la batalla por el talento allí sí tenemos una oportunidad.
-Otra cuestión que claramente está migrando es el mundo del empleo…
-Totalmente. Ya casi no existe la idea de la película Tiempos modernos, de Charles Chaplin. Existe muy poco, ya tenés hasta el primer prototipo de tractor sin conductor, guiado con GPS. Todos esos trabajos que involucran habilidades físicas y coordinación, de a poco van perdiendo peso. Todo lo que es rutinario va a ser reemplazado por un robot físico o virtual.
-Para cambiar el foco…
-Si el bien lo va a producir algún conjunto más o menos eficientizado de máquinas, por lo que se van a necesitar más poetas, más artistas, más gente cuidando a los mayores. La empatía. Todo lo que tiene que ver con eso, sea un cuidador, un peluquero que te charle mientras ves el fútbol, es algo que no se va a reemplazar fácilmente. Que los empleos del futuro tengan que ver sólo con la ciencia y la tecnología es un mito. Todo lo que sean empleos empáticos van a crecer. En 10 o 20 años vamos a tener mucho más robotizado, pero falta mucho más para reemplazar la empatía.
-Desde el punto de vista corporativo, ¿la innovación debe ser cross?
-Si vos tratás de encerrar la innovación, nunca va a venir. Cuando desestructurás aparece Apple. Otras compañías seguro tenían miles de millones invertidos en I+D, pero estaban formateadas para pensar en la caja. Tenés que armar una cultura donde todos pueden innovar, no importa dónde están. Eso es diversidad: desde el lugar de donde vengas. La mayoría de las innovaciones pueden estar acá o venir de otro lado.
-¿Los tiempos se aceleran?
-En cinco o diez años más, la inteligencia artificial va a lograr cambios. Las cosas vienen más rápido. De hecho, el auto eléctrico ya está. El tema es que por ahora no puede circular por regulación. Es lo que sucedía a principio de siglo con el auto. El auto sin chofer va a tener que tener un conductor durante dos o tres años vigilando que no pase nada. La tecnología ya está, lo que pasa es que no está distribuida de manera pareja. El tema no es focalizar si viene más lento o más rápido, sino cómo creamos la ocupación y el empleo de la gente en el futuro.
-¿El foco de Accenture va a modificarse a nivel mundial?
-Hoy en día, en una pirámide completa, hay 10 o 15% del trabajo reemplazado por robots. Ahora, visto desde la Argentina, ¿cómo articulo eso con la filial? Este año crecimos 700 posiciones hasta llegar casi a las 8000 personas. Viene trabajo al país, porque tenemos gente muy buena. Hay un círculo virtuoso porque cuánto mejores seamos más crecemos, porque le das más posibilidades de carrera al equipo. Es un círculo virtuoso interesante.
-¿Quién usa el laboratorio local de innovación?
-Todos. Traemos clientes para hacer experiencias y pruebas. Les mostrás lo que pueden hacer y todo, con anteojos de realidad virtual. Y después le ofrecemos mirar su problema de negocio con todas las tecnologías que vio, y evaluamos qué cosas harían radicalmente distintas. Se llega a cosas impactantes./ lnacion.com.ar