18 Jun 2015.- De acuerdo a lo que ocurrió en los últimos días, todo indica que en la mesa chica de Olivos no aprenden algo que los economistas traen de cuna: toda decisión tiene un costo.
Esta definición llevó a un operador a afirmar que “elegir a Zaninni acabó con la paz cambiaria con la que creían que llegarían a octubre”.
Y razón no le faltó. El mercado venía alertado por la sorpresiva inspección del viernes a las casas de cambio y atemorizado por el “efecto Santa Fe” que agregó dudas a una posible victoria de Mauricio Macri y fortaleció al candidato del Frente para la Victoria.
El dólar libre, a pesar de los controles, respondió a las dudas con un cierre de 12,94 pesos,9 centavos sobre el día anterior. Pero después de hora se operó a $13. “Cuanto más alto el valor se hace más ancha la brecha, que ahora es de cinco centavos entre el precio de compra y venta”, explicó el operador.
En la ventanilla de los bancos, con la autorización de la AFIP, se vendieron u$s15,44 millones. En lo que va de junio la salida de divisas por esta vía es de u$s336 millones. Pero ahora, a diferencia del pasado, los ahorristas no van corriendo a venderlos al mercado libre porque esperan que en la plaza libre sigan los aumentos.
Según Infobae, se está viviendo un clima opuesto al que reinaba hasta el viernes pasado. Los ahorristas e inversores, no sólo no renuevan los plazos fijos, sino que algunos prefieren mantener el descubierto en las cuentas corriente y comprar dólares con el efectivo.
El Gobierno, fiel a su estilo de infundir miedo cada vez que la divisa se acerca a los $13,contratacó con munición gruesa. Esta vez le tocó a una gran cadena comercial.
Carlos Gonella, el fiscal que tiene a cargo la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), denunció al directorio de una importante empresa de bienes de consumo masivo por lavado de dinero. Dice que abastecían de efectivo a las cuevas y que hacían operaciones cambiarias ilegales.
El mercado sabe que el destino de estas denuncias se dirime en la justicia y que son contadas las causas en las que se pudieron probar las acusaciones. Pero para el Gobierno es un detalle menor porque lo que interesa es atemorizar a los operadores y ganar tiempo. Cree, como sucedió en otras ocasiones, que así puede calmar al dólar./iprofesional.com