31-OCT-2013 La inflación y la brecha cambiaria son sólo dos de las variables macroeconómicas que sugieren que el modelo, tal como fue planteado hace 10 años, está agotado. Sin embargo, y aun a pesar del resultado electoral del domingo, los economistas no creen que el Gobierno vaya a hacer cambios de política económica en los próximos dos años; todo lo contrario, la mayoría cree que se buscará controlar los desequilibrios profundizando las recetas aplicadas hasta ahora.
“Después de diez años, un gobierno ya ha dado lo mejor de sí. Es ingenuo pensar que puede hacer cambios importantes”, sentenció Guillermo Nielsen, secretario de Finanzas durante la gestión de Néstor Kirchner y, en ese cargo, negociador del primer canje de deuda en 2005.
“Fíjense lo que pasa con la profundización del cepo cambiario y la ridiculez del blanqueo. No creo que pueda haber grandes cambios. El tema estos dos años [hasta 2015] es qué pasa con los herederos: ¿hay alguno que quiera recibir una macro cargada de bombas de tiempo?”, cuestionó Nielsen, durante un encuentro organizado por la revista Bank en la Bolsa de Comercio.
El problema, según Nielsen, es que muchas de las medidas que parecen obvias desde el punto de vista macroeconómico, como el retraso de precios relativos en algunos sectores fuertemente afectados por la inflación, no parecen posibles desde el punto de vista político. Con una inflación que, dijo, se ubica en torno al 30% anual, es difícil por ejemplo pensar en ajustes de tarifas del 100%, como son necesarios en algunos casos.
Otro de los grandes desequilibrios que desvelan al Gobierno en este momento es la caída de reservas en poder del Banco Central (BCRA). Según recordó Martín Redrado, ex presidente del BCRA y actual asesor de Sergio Massa, a principios de año la mayoría de los economistas preveía que las reservas quedarían estables en 2013, pero van a terminar el año con una caída de 11.000 millones de dólares. “El Banco Central no puede aguantar una baja de 1000 millones por mes”, dijo Redrado, para quien, no obstante, en esta “búsqueda desenfrenada de dólares” el Gobierno “va a seguir con más de lo mismo”. “El Gobierno ya no va a poder usar reservas para sostener el crecimiento y va a tener que protegerlas. Esto es igual a más cepo, más apriete para que vengan prefinanciaciones de exportaciones”, dijo.
Federico Sturzenegger, presidente del Banco Ciudad y ahora diputado electo por Pro, coincidió: “No mucho va a cambiar. Lo más probable es que veamos un cepo más fuerte, si no hay un clima de inversiones interesante”.
Pero Sturzenegger dijo no estar preocupado por el drenaje de reservas. Para el economista, el problema no es cuántas reservas tiene un banco central, sino si es creíble o no. En la Argentina, ilustró, las reservas son 8 por ciento del producto bruto interno (PBI), mientras que en Estados Unidos representan el 1 por ciento. “Su credibilidad emana de otro lado”, dijo Sturzenegger. “En 2015, cualquiera sea el nivel de reservas, van a subir. Ahora, si un gobierno sin credibilidad como el actual libera el cepo es otro cantar”, deslizó.
Sólo el ex presidente del BCRA y actual director del Banco Hipotecario Mario Blejer aventuró que el Gobierno está dando señales de haber tomado nota de la necesidad de un cambio. “Retomar la relación con el FMI y el Club de París… Creo que va a haber movimientos en esa dirección para descomprimir la situación del mercado internacional. En ese sentido, el problema de las reservas no me preocuparía demasiado”, dijo.
/ fuente lanacion.com.ar