26 JUN 2014 Primeramente, interesa diferenciar entre fraude contable y manipulación contable. El fraude contable, que es un delito, y que fue lo ocurrido en Enron, Tyco, y WorldCom es relativamente raro. Conculca la ley y viola las normas de contabilidad. La manipulación de la contabilidad o trucos o chanchullos contables es otra cosa, tal como comenta Howard Shilit en una entrevista que le hace CFA Institute. En la manipulación contable se presenta una imagen engañosa de los resultados económicos de la empresa, pero observando la letra de la ley y la interpretación técnica de las normas contables, sin incurrir teóricamente en una ilegalidad o irregularidad. Lamentablemente, esto es muy común.
De algunos de estos casos nos habla Shilit, el “Sherlock Holmes de la contabilidad”, en su libro “Financial Shenanigans: How to Detect Accounting Gimmicks & Fraud in Financial Reports”.
Shilit menciona algunos ejemplos muy reveladores. Un gran ejemplo es una empresa de EE.UU. Equinix (EQIX), que en el segundo trimestre de 2013 anunció que estaba cambiando a una práctica contable relativamente más conservadora en el reconocimiento de parte desus ingresos al extender el cómputo de los mismos a un plazo de 4 años, en lugar de a 2, como estaban haciendo hasta el momento. Pero unos meses después, anunció que consideraría esta opción como una corrección de un error en lugar de un cambio en la estimación. De esta manera, en el tercer trimestre, la compañía varió el cómputo contable de los ingresos de años anteriores remontándose hasta el ejercicio 2006, lo que le permitió trasladar el reconocimiento de millones de dólares de ingresos hacia el año en curso, ingresos que no tenían nada que ver con dicho año en curso.
Otro ejemplo es una empresa japonesa , Ulvac Inc. En 2011 informó de que sus ventas cayeron un 1% y el beneficio operativo subió un 38%. Tras las secuelas del tsunami y el desastre de Fukushima en Japón, este fue un gran resultado. La realidad fue que las ventas de la compañía cayeron un 21% y en lugar de un beneficio lo que tuvo fue una gran pérdida. La compañía pasó a una contabilidad agresiva, siguiendo el “percentage of completion method”, que es un procedimiento contable utilizado en proyectos de obras a largo plazo, por el cual se reconoce año a año un porcentaje de los ingresos totales esperados, lo que da lugar normalmente a que contablemente se computen ingresos mucho antes de que se produzcan en la realidad. La compañía no lo ocultó, ya que este hecho quedó recogido en una nota a pié de página en la que se decía que si hubieran utilizado el mismo método de cómputo de ingresos que habían utilizado hasta el momento, las ventas hubieran descendido un 21% y hubiera habido una pérdida.
¿Qué consiguió la empresa con esto? Consiguió pintar un panorama más alentador del real, lo que no deja de ser un engaño. Ningún analista financiero se hizo eco de ello. Ninguno se dio cuenta. Probablemente pasaron por alto la nota. Tal vez no recogieron este hecho por otras razones, tales como la cercanía a la dirección de la empresa. ¿Qué nos dice esto de la calidad del análisis?
¿Qué podemos decir de los auditores? En la mayoría de los casos, los auditores dan la opinión que dan. Emiten un informe en el que declaran que en su opinión los estados financieros representan razonablemente la situación financiera de la empresa. “Representan razonablemente” son las dos palabras clave. ¿Podríamos decir que una persona honesta y con visión estaría de acuerdo en que esta es la representación razonable? ¿Cuál es el problema? El auditor es una persona decente que trata de hacer bien su trabajo. El problema reside en que puede que no esté bien formado para tener en cuenta estas cuestiones desde la perspectiva de los inversores.
Y esa es la clave. Tener la formación suficiente no solo para conocer la norma, sino para indagar en el sentido adecuado con el fin de descubrir donde se hallan los trucos contables. El propio Schilit se sorprende de que la designación CPA (Certified Public Accountant) prepare tan exhaustivamente a sus candidatos sobre las normas contables y fiscales, pero no les prepare para descubrir la manipulación contable, lo que si hace sin embargo la designación CFA (Charterd Financial Analyst), en la que se enseña a analizar las cosas desde la perspectiva de los inversores, y en cuyos exámenes podemos encontrar más de un ejemplo de preguntas sobre formas de llevar a cabo trucos contables y como detectarlos.
¿Cuáles son las motivaciones de la dirección de una empresa para manipular sus estados financieros?
Por regla general, los ejecutivos de las empresas no son delincuentes ni ladrones. Hay una tremenda presión del mercado sobre los resultados a corto plazo. Cada tres meses, tienen que difundir al mercado resultados trimestrales. Si los resultados no cumplen las expectativas del mercado, la cotización de la acción podría sufrir una caída estrepitosa. Es una decisión difícil: seguir fielmente las normas y perder la baza, o entrar al trapo. A veces prevalece el buen juicio. En otras ocasiones, el cuerpo directivo no puede resistir la tentación. Si la dirección se ha estado jactando de una larga racha de crecimiento, como lo hizo en el caso de Equinix, puede resultarles difícil anunciar que la racha se ha roto. Las empresas tienen altibajos para causas ajenas a la gestión, pero los CEOs son muy competitivos, son personas muy exitosas, a las que no les gusta perder, que no pueden declarar una derrota. Mucho de esto es arrogancia.
¿Cuáles son los signos de alerta de una potencial manipulación contable?
Schilit hace un análisis del comportamiento de los profesionales que preparan los estados financieros, el equipo gestor de una empresa, al estilo del Behavioral Finance. Él observa las señales de cambio en el comportamiento de los gestores – lo que ponen de relieve y lo que no hacen. ¿Por qué dejan de dar información de algo sobre lo que estaban informando voluntariamente con anterioridad? Se trata de encontrar un cambio en las prácticas contables. Una vez que se haya detectado, las preguntas que se deben hacer no son “¿Es legal?” y “¿Está permitido?” Las preguntas que deben hacer son “¿Por qué? ” y “¿Por qué ahora?”
Para poder detectar la manipulación contable hay que tener una profunda formación en análisis contable. Tener una sólida comprensión de los conceptos básicos. Hacer uso de la bibliografía disponible sobre el tema. Aparte del libro mencionado de Schilit, el patriarca en este campo es Abraham Briloff. Sus libros todavía se editan. También están los libros de Thornton O’Glove y Charles Mulford. Aparte de la capacitación técnica, hay que ser una persona curiosa, leer con atención, hacer buenas preguntas, tener una saludable dosis de escepticismo. Buscar un cambio en las prácticas contables de la dirección, y siempre hacerse estas dos preguntas: “¿Por qué?” y “¿Por qué ahora?”
La gran mayoría de los profesionales de contabilidad forense, tal vez hasta el 99 %, lo hacen por encargo después de que se ha producido el hecho, después de que algo malo ha sucedido. En estos casos, los contables forenses dan soporte a las dos partes en litigio. Existe incluso una certificación en esta área. Pero lo interesante es detectarlo antes de que una empresa se meta en problemas con sus auditores, antes de que el regulador solicite reformular los ingresos declarados y, sobre todo, antes de que produzca un daño a los inversores.
/fuente: fundspeople.com