13-MAR-2014 “Parecemos futbolistas: nos la pasamos pateando la pelota todo el tiempo””, describen en el área de Proveedores de una empresa.
La consigna, que bajó de la dirección general, fue tan clara como contundente: “”Tenemos que estirar los plazos de pago como sea. Esperemos 30 días antes de largar un cheque, y tratemos de diferirlo a tres meses””. Excusas como estas pasaron a ser moneda corriente para ganar días: “”Mandame una copia fiel, porque no me llegó la factura. Seguramente se habrá traspapelado””.
““En lo que va del mes, el volumen de cheques cayó un 20% con respecto a diciembre pasado. Las empresas, ante cualquier problema, te solían sacar un cheque a 90 días, pero hoy patean más el pago, te corren 30 días y recién después te sacan el cheque””, advierte Germán Magnoni, gerente coordinador de Banca Empresas del Supervielle.
““Se cae la demanda porque el nivel de actividad se está complicando, lo que repercute en la cadena de pagos. Por lo tanto, nos cuesta que los clientes vengan a descargar su cartera de cheques””, revela el gerente de otro banco nacional.
““Ante este contexto, muchas empresas están empezando a exigir a sus clientes el pago a los 60 días en lugar de a los 90, como se habían acostumbrado. Entonces, si la compra no es indispensable, la ponen en stand bye, lo que implica el comienzo de un parate””, comentan.
Lo que sí tiene mucha demanda es el crédito barato que dispuso el Banco Central y comenzó el viernes pasado, con descuento de cheques al 17,5% anual, la mitad de la tasa que cobran las entidades. “”Si pagamos el 25% por un depósito a 30 días, prestar al 17,5% no es ningún negocio””, se resigna un banquero.
““Nos llamaron mucho las medianas y grandes empresas para esta línea, pero es sólo para las pymes, y varias no están enteradas de este nueva iniciativa. Así que nuestros oficiales están incentivando esta tasa subsidiada, pero lo hacen exclusivamente con los clientes donde tenemos mucha reciprocidad de negocios, que nos aportan su nómina de empleados para plan sueldo, que nos dan operaciones de comercio exterior, factoring y al que le manejamos la caja, los cobros y los pagos. Pero si me lo pide un cliente que sólo hace factoring conmigo de vez en cuando lo voy a poner al final de la fila y quizás le diré una mentira piadosa, como que tengo el cupo cubierto, porque si me paso un centavo del cupo pierdo plata””, admiten el directivo de una entidad financiera.
““Estas tasas son un activo escaso, así que se las damos a los clientes que son más atractivos para nosotros, de modo de bajarles un poco el costo y así fidelizarlos””, confiesan en un banco.
/fuente: cronista.com.ar