20-FEB-2014 Las cuotas de la medicina prepaga se encarecerían un 5,5%, según la autorización que prevé otorgar el Gobierno a las entidades que venden planes de salud, según lo que les fue comunicado ayer a un grupo de directivos en una reunión que mantuvieron en la Superintendencia de Servicios de Salud. Así dijeron a LA NACION fuentes vinculadas con la actividad. La resolución con el aval oficial que ahora debe dictarse establecerá a partir de qué mes se aplicará el ajuste.
Las entidades pedían autorización para incrementar sus precios a partir de marzo y con un porcentaje aun mayor del que finalmente se les autorizará. Los directivos mantuvieron reuniones en las últimas semanas con funcionarios y expresaron dos argumentos. Por un lado, se reclamaba compensar la diferencia entre las subas solicitadas y las que, resoluciones oficiales mediante, se aplicaron para compensar los aumentos de costos de 2013. En ese período, el reclamo fue por un total de 26%, y con las dos alzas habilitadas el ajuste sumó 18 o 19%, según el tamaño de la entidad (fue menor para las prepagas grandes). En rigor, también hubo un alza de 8% aplicada en el mes de mayo, correspondiente a los mayores costos que las prepagas habían dicho tener durante 2012. Así, de punta a punta las cuotas se encarecieron en 2013 entre 27,7 y 28,9%. Sin embargo, las empresas insisten en que acumulan un retraso en los últimos años, porque la suba de costos fue mayor.
Pero en los últimos días hubo un hecho que llevó al sector a acelerar sus gestiones ante el Gobierno. La devaluación del peso, sostienen los directivos, tuvo un impacto fuerte en la actividad. Dos semanas atrás, las clínicas y prestadores médicos advirtieron que los insumos, el material descartable y los medicamentos (principalmente los importados, pero también los de fabricación local) llegaban con incrementos que en algunos casos superaban el 40 por ciento.
En promedio, las subas de insumos rondaron entre 25 y 30% y no hubo un retroceso de valores en los últimos días. Además, algunos proveedores, siempre según los directivos de sanatorios y centros de diagnóstico, hicieron entregas de mercadería sólo con remito y sin factura, es decir, dejando la definición del precio para más adelante. Otra queja de las entidades es que con el nuevo escenario cambiario y la inflación en alza, les eliminaron en muchos casos el plazo de 90 días para pagar los pedidos.
Desde 2012 está vigente la ley que regula la actividad de la medicina prepaga. Entre otros puntos, esa norma fija el mecanismo para que puedan aumentarse las cuotas. Las prepagas deben hacer una solicitud de autorización a las autoridades del área de Salud, que a su vez deben obtener un dictamen de la Secretaría de Comercio. Así, la ley prevé que el aumento se autorice cuando “esté fundado en variaciones de la estructura de costos y razonable cálculo actuarial de riesgos”.
En los últimos años, los reclamos de las prepagas para ajustar sus precios son por porcentajes iguales a la recomposición salarial que se acuerda entre las clínicas y el sindicato de la sanidad. Algunas clínicas son propiedad de prepagas y otras son contratadas. En todos los casos hay un reclamo por una suba de aranceles, que se consideran rezagados. Pero por parte de las prepagas como entidades financiadoras, la respuesta siempre es que su capacidad de subir esos valores depende de poder aumentar las cuotas a sus afiliados.
Las entidades sostienen que, si bien es cierto que los salarios son una parte del gasto total para dar prestaciones, todos los costos suben y, finalmente, el ajuste confluye en el porcentaje de aumento salarial pactado en paritarias.
/ fuente: lanacion.com.ar